jueves, 14 de marzo de 2013

“HABEMUS PAPAM”: LAS TRAVESURAS DEL ESPÍRITU SANTO






Para los católicos, el Papa es el heredero de Simón Pedro, que aunque elegido en democrática votación, es elegido por inspiración del Espíritu Santo sobre los cardenales electores. 


Y los no creyentes, deben de pensar que algo incomprensible pasa, ya que el Papa elegido, por lo general, no aparece en las quinielas populares, y mucho menos en los pronósticos de los “especialistas” y expertos. 



Así por ejemplo en el actual Cónclave, se hizo una lista que se llamó de los “12 apóstoles” y que incluía a: Sean O'Malley, cardenal de Boston, al cardenal de Milán, Angelo Scola, y al canadiense Marc Ouellet, dos italianos: Gianfranco Ravasi y Mauro Piacenza, al cardenal de Nueva York, Timothy Dolan, al cardenal ghanés Peter Turkson, al filipino Tagle, al cardenal de Honduras, Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, dos brasileños, Odilo Scherer y Joao Braz de Aviz,y al cardenal de Viena, Christoph Schonborn. Ninguno de ellos fue el elegido. 



Consulté varias quinielas, y en ninguna de ellas aparecía el nombre de Jorge Mario Bergoglio y por supuesto al ser elegido Papa, los medios no nos han brindado mucha información, ya que no estaban preparados para esta nominación. La información empezará a fluir a partir de hoy. 



Vittorio Messori, el periodista amigo de Benedicto XVI desde 1985; nos narra su experiencia con la elección de Juan Pablo I y de Juan Pablo II: <<Recuerdo en 1978, trabajaba en La Stampa, estaba en la redacción cuando han elegido al Papa Luciani: cuando lo anunciaron hubo un gran pánico, porque los grandes vaticanistas que teníamos nos habían pedido tener preparadas algunas biografías, ya que el Papa saldría seguro de un elenco de papables, y, por el contrario, nada: cuando ha sido elegido Luciani nos hemos dado cuenta de que en el archivo de La Stampa no teníamos ni siquiera una foto. La misma historia se repitió dos meses después con Wojtyla: todos habían previsto este o este otro, y, por el contrario, cuando lo anunciaron pánico de nuevo: no sabíamos ni siquiera como se escribía su nombre.>>[1] 



Afirmaba José Manuel Vidal –periodista español, especialista en temas religiosos-, en un artículo fechado 13 de marzo a las 9.59: <<En el Cónclave que acaba de comenzar no hay 115 cardenales electores, sino 116 o 117. 



A los 115 purpurados se suma la presencia invisible, pero sentida, del Papa emérito, Benedicto XVI y, sobre todo, la presencia real y mística del Espíritu Santo. Sin su presencia, el Cónclave sería un mero conciliábulo de eclesiásticos en busca de poder.



Los católicos creen a fondo en la presencia siempre actuante del Espíritu de Dios. Él es, por lo tanto, para la Iglesia y para los cardenales del Cónclave, el auténtico protagonista en la elección del sucesor de Benedicto XVI. De ahí que, antes del 'extra omnes' [2] , los cardenales hayan entonado con profunda devoción el 'Veni Creator Spiritus', la súplica para que los ilumine. 



Los teólogos suelen definir a la Iglesia como "una realidad humano-divina o divino-humana". Por el lado humano, necesita las mediaciones de los cardenales. Por el divino, está animada por el Espíritu del señor, la tercera persona de la Santísima Trinidad, quizás la más desconocida para los propios católicos. Simbolizada por una paloma. La paloma de la inspiración divina. [...] 



"El Espíritu Santo ya ha elegido. Nosotros tenemos que rezar para saber quién es", decía, hace unos días, el cardenal de Viena, Christoph Schönborn. Eso sí, todos los purpurados electores saben, asimismo, que, para manifestarse, el Espíritu del señor necesita "mediaciones humanas". Es decir, el Cónclave es misterio e intrigas, servicio y poder, oración y cabildeos. Un mix de gracia y pecado, de gloria e infierno. Una amalgama de lo divino y lo humano. 



Para evitar el lado más pecador y conectar con el espiritual, el Cónclave se celebra en un clima de oración y de recogimiento espiritual. Se trata de disponer los ojos y los oídos del alma, para ver y escuchar al viento del Espíritu, que sopla cuando y como quiere. >>[3] 



Vittorio Messori concluye con una reflexión: << - No podemos robarle al Espíritu Santo su trabajo. Las previsiones de los llamados expertos, cuando se trata de Cónclave, se realizan para ser desmentidas. Normalmente no aciertan nunca. La impresión es que el Espíritu Santo se divierte tomándonos el pelo: los grandes voceros, los grandes expertos, los grandes vaticanistas, dan por seguro uno u otro, y después eligen a uno diferente. >> 






[1] http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=27674 

[2] Instrucción que se da a todos los no cardenales electores para abandonar la Capilla Sixtina
[3] http://www.periodistadigital.com/religion/vaticano/2013/03/13/los-electores-116-y-117-del-conclave-iglesia-religion-papa-obispo-benedicto-papa-vaticano.shtml 




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