jueves, 21 de agosto de 2014

EN UCRANIA SE DEFINE LA NUEVA GUERRA FRÍA I

Primera parte: Crimea






La "guerra fría" (1947-1991)


El término "guerra fría" fue por primera vez utilizado por el escritor español Don Juan Manuel en el siglo XIV. En su acepción moderna fue acuñado por Bernard Baruch, consejero del presidente Roosevelt, quién utilizó el término en un debate en 1947 y fue popularizado por el editorialista Walter Lippmann.

Se ha llamado “guerra fría” a la relación de enfrentamiento ideológico, político, económico, militar, social, informativo, cultural y deportivo, generado entre el “bloque capitalista occidental” encabezado por Estados Unidos y los países del “bloque comunista” liderados por la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), la cual se generó al término de la II Guerra Mundial y que no implicó un enfrentamiento armado, ya que las tensiones se descargaban a través de los llamados países satélites.

El “bloque capitalista occidental” dio origen a La Organización del Tratado del Atlántico Norte, OTAN (en inglés: North Atlantic Treaty Organization, NATO), que es una alianza militar intergubernamental basada en el Tratado del Atlántico Norte firmado el 4 de abril de 1949. Por su parte la URSS creó en 1955 el llamado Pacto de Varsovia.

El colapso de la URSS, inició con el ascenso de Mijail Gorbachov a la Secretaría General del Partido Comunista de la Unión Soviética, el 11 de marzo de 1985, el cual impulsó dos demoledoras reformas: la Perestroika o reestructuración económica y la Glásnot o liberación política del sistema político.

El 1° de diciembre de 1991, el 90.3% de los ucranianos votaron por su independencia y posteriormente el 8 de diciembre, los líderes de Rusia, Ucrania y Bielorrusia, acordaron mediante la declaración de Belovezhkaya Pusha, que las tres repúblicas rusas abandonaban la URSS formando la llamada Confederación de Estados Independientes.


El “nuevo orden mundial”


El presidente de Estados Unidos George Bush, había anunciado a principios de 1991, que el mundo bipolar de la “guerra fría” había tocado a su fin y que nacía un “nuevo orden mundial”, el de la supremacía de los Estados Unidos, es decir, nacía un mundo unipolar con un solo poder hegemónico.

Ante el desconcierto ruso, la OTAN no cumplió su promesa verbal de no traspasar las fronteras balcanizadas y se dedicó a incorporar a los estados recién liberados, -tendiendo un cerco alrededor de Rusia-, comenzando con Hungría, Polonia y la República Checa en 1999; en Polonia y la República Checa, colocó además sistemas antimisiles. Siguieron las repúblicas del Báltico (Estonia, Letonia y Lituania) en 2004. También se adhirieron las Repúblicas de Eslovaquia y Eslovenia, en el mismo año.

Polonia, la República Checa, Eslovaquia, Eslovenia y las repúblicas del Báltico, también fueron incorporadas a la Unión Europea en 2004. Se podría decir que existe una simbiosis entre la Unión Europea y la OTAN, ya que 23 de los 28 miembros de la UE, son miembros de la OTAN.

Jonathan Stelle del periódico The Guardian, resumió el 5 de marzo de este año: <<Detrás de la crisis en Crimea y la fiera resistencia de Rusia a los posibles cambios está la indisimulada ambición de la OTAN de continuar dos décadas de expansión en lo que se consideró el espacio `postsoviético´ […] En el fondo, el Pentágono sueña que algún día la armada de Estados Unidos reemplace a la flota del Mar Negro rusa en los puertos de Sebastopol y Balaclava>>.


La crisis ucraniana


El analista Alejandro Nadal nos comenta <<La crisis en Ucrania es testimonio de que Estados Unidos nunca abandonó su mentalidad de guerra fría. El intento por aislar y contener a Rusia es la mejor expresión de esa visión del mundo. Ucrania siempre fue la pieza clave para cerrar el cerco. Por eso se buscó obtener la membresía de Ucrania en la Unión Europea (UE) como paso preliminar a su incorporación en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Siempre ha sido del conocimiento de la diplomacia occidental que para Rusia todo esto era inaceptable y sería interpretado como una forma de agresión>>. [1]



Evidente, es que la revolución de la plaza Maidan, conocida como Euromaidan, inicia justo cuando el presidente Víktor Yanucóvich –el 20 de noviembre pasado- suspende la firma del acuerdo de asociación con la Unión Europea, debido a la negativa europea de aceptar que Ucrania mantuviera al mismo tiempo, una unión aduanera con Europa, con Rusia y otros países exsoviéticos. El 21 de noviembre miles de ucranianos salieron a protestar al día siguiente y el movimiento hubiera amainado, de no haber sido reprimido brutalmente por el gobierno de Yanucóvich la noche del 30 de noviembre. Tras varios meses de protestas y disturbios y luego del llamado Jueves Negro (20 de febrero de 2014) en el que murieron más de 60 manifestantes, el 22 de febrero, por la mañana, los manifestantes opositores tomaron las riendas del país y ocuparon las principales instituciones con sede en Kiev. La Rada Suprema tomó el control del país y Oleksandr Turchínov asumió la coordinación del Gobierno y la presidencia del Parlamento, cayendo así el gobierno de Víktor Yanukóvich


<<La economía de Ucrania lleva ya 20 años en un proceso de desintegración. Las privatizaciones salvajes después del colapso soviético dieron lugar a gobiernos manejados por pillos y bandidos. En medio de la crisis global, Ucrania ha estado a punto del colapso económico desde hace meses y ha rozado una situación de moratoria o impago en el plano financiero. La divisa de Ucrania, la hryvna, ha sufrido una devaluación superior a 40 por ciento frente al dólar estadunidense este año. Por eso la calificadora Fitch degradó la posición de los títulos del gobierno ucraniano y los redujo a la categoría ‘chatarra’. Aún la ayuda ofrecida por el Fondo Monetario Internacional, confirmando un paquete de 17 mil millones de dólares será insuficiente para sacar del atolladero a la economía ucraniana.>>[2]

El politólogo Manlio Dinucci asevera que <<La crisis ucraniana es el pretexto ideal de la OTAN para empujar a los europeos a incrementar sus presupuestos militares y a financiar ese aumento vendiendo la industria militar europea a Estados Unidos. El 21 y 22 de mayo de 2014, el general estadounidense Martin Dempsey estuvo en Bruselas para convencer a sus «aliados».>> Asimismo afirma que miembros de la OTAN han tomado bajo su control posiciones claves de las fuerzas armadas de Ucrania y entrenado a los grupos neonazis utilizados en el golpe de Estado de Kiev, que llevó a la huída del presidente Víktor Yanucóvich.


La crisis de Crimea


Durante la segunda guerra mundial, los nazis atacaron la península en septiembre de 1941, y la controlaron para noviembre. Los tártaros, a quienes los líderes nazis habían prometido un estatuto administrativo autónomo y musulmán, dieron la vista buena a la invasión. Unos 20 mil tátaros se sumaron al ejército alemán, mientras que otros se movilizaron para luchar en contra de la resistencia soviética en Crimea.

El 13 de abril de 1944 los soviéticos reconquistaron Simferopol. El 18 de mayo del mismo año, los soldados del Ejército Rojo detuvieron a todos los tártaros de Crimea y deportaron 200 mil de ellos hacia Uzbekistán. Los soviéticos juzgaron que los soldados tártaros desertaron el ejército cuando llegaron los alemanes.

La Unión Soviética de Stalin decidió entonces trasformar a la República Autónoma de Crimea en una simple región administrativa (“oblast) en la Federación de Rusia y repartió a nuevos colonos rusos las tierras que pertenecían a los tátaros.

Khrouchtev, ucraniano nativo de Kiev, decidió en 1954 separar a Crimea de la Federación Rusa y juntarla a Ucrania como el acto simbólico que celebraría los 300 años de la firma del tratado de Pereyaslav, que selló la unión entre ambos países el 8 de enero de 1654.

Al ser derrocado el presidente Víktor Yanucóvich el 22 de febrero de 2014, grupos prorrusos se manifestaron en contra del nuevo gobierno en Kiev y proclamaron sus anhelos de estrechar sus vínculos (o inclusive integrarse) con la Federación de Rusia. Estas manifestaciones ocurrieron sobre todo península de Crimea y algunos óblast en la zona fronteriza entre Rusia y Ucrania. Varios gobiernos regionales de la región propusieron referendos separatistas y se produjeron una serie de revueltas militares, incluyendo tanto tropas locales como tropas rusas. El 6 de marzo de 2014, las autoridades de la República Autónoma de Crimea anunciaron la convocatoria a un referéndum para el 16 de marzo siguiente para integrarse formalmente a Rusia. Las autoridades de la ciudad autónoma de Sebastopol, en tanto, aprobaron su integración ese mismo día. De conformidad con los resultados del referéndum del 16 de marzo. La declaración de independencia fue aprobada por el Parlamento de Crimea por 78 votos a favor de un total de 81, siendo rubricada conjuntamente por el Presidente del Parlamento de Crimea Vladímir Konstantínov y por la Presidente del Consejo de la Ciudad de Sebastopol Yury Doynikov.

La composición social actual de los 2 millones de residentes de Crimea es del 59 % de rusos étnicos, 24 %, de ucranianos y 12 % de tártaros.

Jorge Pérez Uribe


[1] La Jornada, La peligrosa nueva guerra fría, 7 de mayo de 2014
[2] La Jornada, art.cit

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