jueves, 30 de noviembre de 2017

LA CRUZ DE BORGOÑA: ORIGEN E HISTORIA DE LA MÁS LONGEVA DE LAS BANDERAS DE ESPAÑA


Regimiento Asturias, Sangre Española de Augusto Ferrer-Dalmau.


Hoy, 30 de noviembre, se celebra la festividad del Apóstol San Andrés, que da nombre a una famosa cruz en forma de aspa. Una cruz que fue la más longeva de las banderas de España.

El símbolo tiene su origen a mediados o finales del siglo I de nuestra Era, cuando San Andrés murió crucificado en Patras, Grecia, siendo atado en una cruz con forma de aspa. En la Edad Media la tomaron como símbolo los Duques de Borgoña, un estado independiente que ocupaba parte del actual norte de Francia, Bélgica y el sur de los Países Bajos. Concretamente, los Duques de Borgoña usaban por bandera dos leños cruzados y representados al natural, con los nudos. En 1477 el entonces Archiduque Maximiliano de Austria (futuro Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico) se casó con la Duquesa María de Borgoña, heredando su hijo primogénito, Felipe, el título de Duque de Borgoña a la muerte de su madre en 1482. En 1506, Felipe se casó con la Reina Juana I de Castilla, convirtiéndose él en Rey consorte. Fue él quien introdujo en España el Aspa de Borgoña, emblema que lucían su escolta personal, la llamada Guardia Borgoñona. Sin embargo, Felipe fue Rey por poco tiempo: murió a los dos meses y medio de su boda con Juana.

En 1516, tras la muerte de Fernando el Católico y recluida la Reina Juana, subió al trono el hijo de ésta y del Felipe, con el nombre de Carlos I (a partir de 1520 se convertiría en Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico con el nombre de Carlos V). Durante su reinado la Cruz de Borgoña se extendió como el emblema común a las banderas de las compañías de los tercios, representándose junto a los emblemas personales de cada capitán y llevando cada tercio una bandera amarilla con el escudo imperial en representación del monarca. La primera vez que el aspa de San Andrés figuró como emblema de España fue en la Batalla de Pavía de 1525, librada en esa localidad italiana y que acabó en una estrepitosa derrota francesa, terminando el Rey Francisco I de Francia cautivo de los españoles. En este cuadro de Augusto Ferrer-Dalmau aparece representado el gallego Alonso Pita da Veiga a caballo, uno de los tres españoles que capturaron al Rey francés, acompañado por una bandera con el aspa roja con los bordes lisos, sin los nudos.



No obstante, el diseño más extendido de la Cruz de Borgoña fue en forma de aspa ecotada, con salientes en los brazos de la cruz representando los nudos de los troncos. Un diseño sin relieves, propio de la pautas heráldicas. El color rojo se debía a la sangre del martirio de San Andrés, pero además era también el color más distintivo de la heráldica española, apareciendo de forma clara en los escudos de Castilla y Aragón. Además, el rojo fue el color que distinguió a los soldados españoles durante siglos, llevándolo en brazaletes o bien en bandas en el caso de oficiales y generales. No obstante, en los siglos siguientes se usaron en distintas compañías muy variados diseños de banderas, a veces con la Cruz de Borgoña en color azul, blanco, amarillo… En esta foto vemos una muestra de esta variedad en la recreación histórica de Slag om Grolle que se celebra anualmente en Groenlo (Países Bajos).



Con el ascenso al trono en 1556, y al no tener ya el título de emperador, el Rey Felipe II dispuso que cada tercio portase una bandera de fondo amarillo y con la Cruz de Borgoña en color rojo, en representación del monarca (en el mismo fondo se había plasmado el escudo imperial durante el reinado de Carlos I):




Las banderas capitanas siguieron luciendo el aspa roja sobre diversos fondos, cada vez más complejos con el paso del tiempo. Estas banderas no se ha conservado, pero de su diseño tenemos noticia gracias a diversos cuadros, como el de la “Victoria de Fleurus” (1634) de Vicente Carducho, en el que se aprecian banderas con el Aspa de Borgoña y el fondo en distintos colores. Pero sin duda, el más famoso de todos es el de “La rendición de Breda” (1634-1635) de Velázquez, en el que se distinguen dos banderas, ambas con el aspa sin nudos. Un aspa roja sobre un ajedrezado azul y blanco en la más visible, y un aspa azul sobre fondo rojo en la que está detrás (pulsa sobre la imagen para ampliarla):




En los buques españoles solía ondear una bandera blanca con el escudo real o la Cruz de Borgoña en fondo blanco, como vemos en este cuadro de un combate naval entre españoles y holandeses pintado en 1640 por Jacob Gerritsz Loef (pulsa sobre la imagen para ampliarla):



La misma bandera que también ondeaba en las fortificaciones, por lo que fue esta bandera la primera propiamente identificada como bandera española a lo largo y ancho del mundo. Hay que señalar que en algunos cuadros de la época aparecen también banderas navales en las que la Cruz de Borgoña aparece en fondo azul.
La Cruz de Borgoña también aparecía en la que fue la primera bandera de la marina mercante española, si bien en este caso el aspa era plasmada en color blanco sobre un fondo azul. Se desconoce la fecha exacta de su introducción, pero sí se sabe que el empleo de esta bandera fue prohibido en 1762.

Durante la Guerra de Sucesión (1701-1713), tanto borbónicos como austracistas usaron el Aspa de Borgoña en sus banderas. Tras su llegada al trono, el Rey Felipe V de Borbón establece una nueva organización en el Ejército al estilo francés. Desaparecen los tercios, que son sustituidos en regimientos, a su vez divididos en batallones. La Cruz de Borgoña se mantiene como un elemento distintivo, pero la bandera coronera sería de fondo blanco con el escudo real, como vemos en esta imagen publicada por la web Los Ejércitos del Rey:


La excepción en este caso eran los regimientos de artillería, cuyas banderas batallonas llevaban la Cruz de Borgoña de color rojo pero en fondo azul en vez de blanco, una disposición que se mantuvo entre 1710 y 1861:




El mismo color lo usaron en sus banderas batallonas las Guardias Valonas, que daban protección personal al Rey. Con Fernando VI (1746-1759) las banderas coronelas recuperaron el Aspa de Borgoña, pero la volvieron a perder con las Reales Ordenanzas de 1768, ya reinando Carlos III.

La tendencia a usar banderas de fondo blanco con el escudo real, sin la Cruz de Borgoña, especialmente en navíos, provocó un problema, ya que a cierta distancia costaba distinguir a los buques españoles de los franceses, cuyo monarca -también Borbón- usaba así mismo una bandera blanca con su escudo. Existía el problema, además, de que la marina mercante española estaba sin una bandera reglamentaria desde la prohibición del uso de la bandera azul con el aspa blanca en 1762. Así pues, tras convocar un concurso al efecto, en 1785 Carlos III firmó un Real Decreto estableciendo un nuevo diseño para la bandera naval española: el rojo y gualda que aún se usa hoy. Para la marina mercante dispuso un diseño similar, con una gran franja amarilla, dos rojas y otras dos franjas amarillas en los extremos. No obstante, la Cruz de Borgoña -en fondo blanco y sobre otros colores- siguió usándose en unidades del Ejército y en fortificaciones españolas. Aunque durante la Guerra de Independencia (1808-1814) se popularizó mucho la rojigualda, muchas unidades militares españolas siguieron usando el Aspa de Borgoña, que continuó usándose también durante la Primera Guerra Carlista (1833-1840), especialmente en el bando borbónico.En 1843 la Reina Isabel II dispuso la introducción en el Ejército de la bandera roja y gualda, cambiándose todas las banderas existentes. Las banderas militares seguirían luciendo una pequeña Cruz de Borgoña tras los escudos reales hasta 1873, con la llegada de la Primera República.

Así pues, la bandera del Aspa de Borgoña había representado a España desde 1525 hasta 1843, 318 años, más que los que lleva en vigor la actual bandera roja y gualda (232 años si hacemos la cuenta desde su creación como bandera exclusivamente naval en 1785). Con el reinado de Alfonso XIII la Cruz de Borgoña reaparecería como un elemento más en las banderas de las unidades militares, situada tras el escudo real sobre las franjas de color rojo y gualda. Una de las unidades que más contribuyó a su recuperación fue la Legión Española, fundada en 1920 y que recuperó el Tercio como unidad en vez del regimiento, inspirándose en los antiguos Tercios españoles. En la misma línea, las banderas legionarias adoptaron la Cruz de Borgoña en diversos colores, de forma similar a lo que se había hecho con las banderas capitanas durante la dinastía de los Austrias:




En 1922 adoptó también el Aspa de Borgoña una entidad nacionalista vasca, la Euzko Mendigoizale Batza (Asociación de Montañeros Vascos), usando la cruz en fondo verde sobre un fondo blanco con una cenefa roja (Fuente: Untzamendi.biz):


Esta misma bandera fue usada por el Euzko Gudarostea, el Cuerpo de Ejército formado por el Gobierno vasco del PNV durante la Guerra Civil española. El 3 de mayo de 1934 también hizo suya la Cruz de Borgoña la Comunión Tradicionalista, convirtiéndose también en el emblema de su milicia, el Requeté, en 1935. Los carlistas fueron, sin duda, los que más popularizaron este símbolo durante la contienda, al portarlo con los Tercios en los que participaban sus combatientes.


Requetés carlistas navarros del Tercio de Lacar durante la Guerra Civil española. Fragmento de un cuadro de Carlos Sáenz de Tejada

Durante el franquismo se mantuvo la bandera roja y gualda como la más habitual en las unidades militares, limitándose el uso del Aspa de Borgoña a la Legión. Con el reinado de Juan Carlos I, la Cruz de Borgoña volvió a aparecer en el estandarte real y progresivamente se fue introduciendo de nuevo en las unidades militares, con diversos colores tanto para la cruz como para el fondo. Aquí vemos un ejemplo de varias banderas de unidades pertenecientes a la Brigada “Galicia” VII (BRILAT):



Hoy en día las usan en sus banderas tanto el Ejército de Tierra como la Infantería de Marina, la Guardia Real la Unidad Militar de Emergencias y la Guardia Civil. Por supuesto, no sólo se usan con la cruz en color rojo, como vemos en este escudo de la BRILAT en una bandera usada por esa Brigada en su despliegue en Afganistán:




Fuente. http://www.outono.net/elentir/2017/11/30/cruz-de-borgona-origen-e-historia-de-la-mas-longeva-de-las-banderas-de-espana/

viernes, 24 de noviembre de 2017

WOJTYLA, SOBRE LA INVASIÓN “ISLÁMICA” Y LO QUE DIJO A BUSH JR.


George Bush Jr. con Juan Pablo II


Provoca discusiones una revelación de monseñor Longhi, publicada en YouTube. El prelado contó a Vatican Insider cuáles fueron las palabras de Juan Pablo II al presidente de los Estados Unidos: «Al pie de este ídolo que llaman seguridad, ustedes quieren sacrificar cualquier dignidad humana»
San Juan Pablo II era un místico, “dialogaba” con la Virgen y tenía visiones proféticas. Una de ellas tenía que ver con el futuro de Europa y una posible «invasión islamista». Pero también se habla de una guerra que «no será entre religiones». Y de una fuerte frase que el Papa le dijo al presidente estadounidense George Bush Jr. 

Algunos detalles sobre los fenómenos sobrenaturales que acompañaban la oración del Pontífice polaco que falleció en 2005 fueron divulgados después de su muerte, otros fueron surgiendo tras el rápido proceso con el que llegó Karol Wojtyla a los altares, primero como beato y después como santo. Nuevos testimonios, con detalles inquietantes, surgen ahora gracias al testimonio de monseñor Mauro Longhi, sacerdote del clero del Opus Dei, que durante una década ofreció sus servicios en la Congregación para el Clero. El prelado italiano, que de 1985 a 1995, cuando todavía era estudiante, acompañó a Juan Pablo II en sus excursiones por las montañas en la provincia italiana de L’Aquila, contó las cosas que le confiaba durante una conferencia (sin saber que lo estaban grabando y que el video habría sido publicado en línea) en la ermita de los Santos Pedro y Pablo en Bienno, el 22 de octubre de 2017, día en el que la Iglesia celebra la memoria litúrgica del santo polaco. 

Entre todos los episodios y anécdotas que contó Longhi (de los que se deducen la fuerte fe del Papa Wojtyla y la fuerza que él atribuía a la oración) citó una de sus visiones sobre Europa: «Wojtyla –explicó el religioso– haciéndome partícipe de una de sus visiones nocturnas, me dijo: “Recuérdaselo a quienes te encontrarás en la Iglesia del tercer milenio. Veo a la Iglesia afligida por una plaga mortal. Más profunda, más dolorosa con respecto a las de este milenio”, refiriéndose a las del comunismo y del totalitarismo nazi. “Se llama islamismo. Invadirán Europa. He visto las hordas ir del Occidente al Oriente”, y me fue describiendo uno por uno los países: de Marruecos a Egipto, pasando por Libia y así hasta la parte oriental. El Santo Padre añadió: “Invadirán Europa, Europa será un sótano, viejos cimerios, penumbra, telarañas. Recuerdos de familia. Ustedes, la Iglesia del tercer milenio, tendrán que contener la invasión. Pero no con las armas, las armas no serán suficientes, con su fe vivida íntegramente”». Longhi dijo que esta anécdota sucedió cuando fue publicado el Catecismo de la Iglesia católica, es decir en 1992. Se trata, seguramente, de una imagen fuerte, que fue inmediatamente retomada por los que desde hace tiempo pronostican el peligro de una invasión islamista en Europa y esperan actitudes más “musculares” por parte de los cristianos. 

Pero también hay que recordar que es difícil enrolar al Papa Wojtyla entre las filas de los que esperan un nuevo espíritu de cruzada. Además de que en la anécdota que contó monseñor Longhi el mismo Papa habló sobre la necesidad de la oración, no se puede olvidar que san Juan Pablo II fue un gran artífice del diálogo con el Islam. Cómo no recordar el gran discurso de Wojtyla frente a un estadio lleno de jóvenes musulmanes en Casablanca, en 1985, cuando dijo: «Los cristianos y musulmanes tenemos muchas cosas en común, como creyentes y como hombres. Vivimos en el mismo mundo, surcado por muchos signos de esperanza, pero también por múltiples signos de angustia. Abraham es para nosotros un mismo modelo de fe en Dios, de sumisión a su voluntad y de confianza en su bondad. Nosotros creemos en el mismo Dios, el único Dios, el Dios vivo, el Dios que crea mundos y lleva a sus criaturas a su perfección». 

Se podría objetar: tal vez la visión sobre la invasión de Europa fue posterior a ese valiente discurso, que estaba en sintonía con la declaración conciliar “Nostra aetate”. Tal vez el gran Papa que vino del este europeo cambió su actitud después de haber proféticamente “visto” estos presagios sobre el futuro del Viejo Continente. Pero no es así. En 1986, Juan Pablo II convocó la reunión interreligiosa de Asís, en la que participaron los musulmanes. En 2001 fue el primer Pontífice que entró a una mezquita, la de los Oméyades de Damasco, durante su viaje a Siria: entro con paso incierto y con los pies descalzos al lugar de oración de los musulmanes. Y después de los atentados del 11 de septiembre no promovió de ninguna manera cruzadas ni llamados a la guerra o a la defensa identitaria. Convocó, en enero de 2002, a un nuevo encuentro de oración con los musulmanes en Asís, tratando de cancelar cualquier justificación religiosa al terrorismo y al abuso del nombre de Dios para justificar la violencia. 

Pero no es todo. Vatican Insider se puso en contacto con monseñor Mauro Longhi, quien, además de decirse disgustado por el uso que se ha hecho de sus palabras, añadió un par de episodios más para nuestros lectores. Otros detalles de conversaciones que sostuvo con Juan Pablo II y que demuestran cuán difícil era tratar de “enrolar” al Papa polaco: «Recuerdo –nos dijo Longhi– que en otra ocasión me habló de uno de sus diálogos con la Virgen, quien le dijo: “La guerra nunca será entre religiones, sino entre ateos y creyentes, entre los que están sin Dios y los creyentes”». El prelado añadió otro detalle, esclarecedor y muy interesante, porque no se refiere a episodios místicos o diálogos sobrenaturales (fenómenos que siempre hay que tomar con toda la cautela necesaria). Se trata, de hecho, de un diálogo que se verificó en los últimos años (probablemente en 2004), entre el presidente George Bush Jr. y el Papa Wojtyla. Recordemos el contexto: Bin Laden ya había perpetrado sus atentados contra Estados Unidos y el presidente ya había respondido atacando Afganistán; el tema de la seguridad de los países occidentales estaba en boca de todos. «El Papa Wojtyla me contó –reveló monseñor Longhi– que Bush le dijo: “Santidad, ¡nosotros solo queremos seguridad!”. Y el Papa respondió: “Al pie de este ídolo que llaman seguridad, ustedes quieren sacrificar cualquier dignidad humana”».

Andrea Tornielli

Pubblicato il 22/11/2017 Ciudad del Vaticano




Fuente:http://www.lastampa.it/2017/11/21/vaticaninsider/es/vaticano/wojtyla-la-invasin-islmica-y-las-palabras-pronunciadas-por-bush-jr-ycpR7EZpkc235v3FLoap3I/pagina.html?utm_source=dlvr.it&utm_medium=facebook

sábado, 18 de noviembre de 2017

LA PERCEPCIÓN DEL ARTE


Obra, "Ejercicio de pintura, Limonero" Teo Revilla Bravo. 2012
                            “Lo que parece no siempre es lo que es, y lo que es no siempre es lo que                          parece; la percepción crea nuestra propia realidad” Rob McBride.

El arte ha de ser el lenguaje que trasmita al espectador lo sublime, todo aquello que sensibiliza, altera para bien, y colma el espíritu haciendo que cada vez que el espectador observe una determinada obra el sentimiento percibido sea idéntico o incluso mayor, acompañándolo en el crecimiento, evolución y maduración. El arte, si realmente satisface, ha de producir un efecto efectivo que se acomode con facilidad al júbilo intelectual del espectador.

El arte, tras pasar una etapa de investigación, de informalismo, novedad y duda, como ha sido su desarrollo a lo largo del siglo XX, parece entrar ahora en una etapa de regreso a la sensibilidad, a la belleza formal, a lo elevado, al talento. Quizás porque el momento actual, pleno de desgarros vicisitudes y temores, nos lo demanda sin tanta ansia de originalidad y novedad como en otros periodos. El arte no es más que un reflejo del tiempo social, cultural y emocional, en que se desarrolla. Lo importante es que esté siempre presente, como fanal de atracción sensitiva sea del estilo que sea, alejado de la manipulación constante de intereses comerciales y políticos que deberían estar, sobre todo, por la dedicación y empeño en educar a los niños en las escuelas para que un día logren saber distinguir una obra común -por buena que sea- de otra simplemente genial.

Llegados a este punto, surge una pregunta: ¿Cómo saber realmente que una obra en concreto es realmente del agrado axiomático de uno, que no existan fuertes condicionamientos para aceptarla tal como nos la presentan? Porque puede muy bien ser que esa obra concreta esté diseñada, con calculada destreza, precisamente para agradar (ya los interesados en imponer gustos artísticos y sus manipuladores se afanarán mediante los medios de comunicación de masas que controlan espacios de audiencias de que esto sea así) y, cuando uno la intente interiorizar compruebe que no queda recogida emocionalmente, que es puro humo y nada más. Las obras que interesan y llegan, han de estar plenas de energía y eficacia, han de llegar directas al corazón como bellos acordes, texturas, tramas, colores, formas, etc., invadiéndolo sin que uno se dé cuenta. La obra de arte, sea del estilo o movimiento que sea, ha de sacudir el ánimo, y también las entrañas.

En este amplio panorama de belleza artística contemporánea, no podemos olvidarnos del trabajo interactivo creador de mundos virtuales que engrandecen el concepto del arte y que poseen un gran potencial. Obras llegadas con gran expectación e intensidad, trabajadas con todo detalle y esmero seguro que para quedarse, transformarse, y engrandecerse: aerografía, videojuegos, películas, arte digital, hologramas, arte conceptual… Aspectos artísticos donde el que escribe, ha de reconocerlo, es un neófito que no ha logrado llegar del todo, admirándolo en ocasiones, pero descaminándose y perdiéndose todavía con harta frecuencia.


Barcelona, noviembre, 2017.

©Teo Revilla Bravo


Fuente: https://entrepalabrasysilencios.blogspot.mx/2017/11/la-percepcion-del-arte.html?spref=fb

domingo, 12 de noviembre de 2017

LA REVOLUCIÓN QUE NO DE OCTUBRE, SINO DE NOVIEMBRE DE 1917




Inexactitudes e incongruencias


La primera inexactitud de esta revolución es que de acuerdo con el calendario juliano -10 de enero del año 45 antes de Cristo, instaurado por Julio César-, y observado en la Rusia zarista; la revolución de octubre, no ocurrió en el calendario del mundo occidental regido por el calendario gregoriano de septiembre de 1582, es decir, ocurrió 13 días después. Por ello la revolución de octubre para el mundo occidental, es más bien la revolución de noviembre.

Pero este anacronismo no ocurría únicamente en la medición del tiempo, sino que la sociedad rusa era más una sociedad de características medievales, es decir campesina, ligada a un señor feudal conocido como boyardo que la gobernaba y protegía, que una sociedad burguesa o industrial.

Desde la teoría marxista de Marx y Engels, “la revolución del proletariado” estaba destinada para una sociedad burguesa, fuertemente industrializada, en donde la enorme clase obrera, la haría posible. Era una revolución predicha para la Inglaterra o Alemania de fines del siglo XIX, no para un país semifeudal como la Rusia zarista, que no había sufrido la “revolución burguesa”, requisito sine qua non para la revolución del proletariado.

No obstante la incongruencia teórica del marxismo, lo que la revolución rusa si validaría es la praxis política revolucionaria de Vladímir Ilich Uliánov conocido como “Lenin” y de Lev Davídovich Bronstein, conocido en español como “León Trotsky”. Con ellos nació la técnica del “putsch” o “golpe de estado o levantamiento organizado por un grupo armado con el fin de hacerse con el poder.”, gracias a la cual la Europa después de la “Gran Guerra” se llenaría de dictadores, unos marxistas, otros nacionalistas.

San Petersburgo, Petrogrado, y Leningrado


Mucho nos dice de los cambios políticos en Rusia y el porqué fue la cuna de la revolución la ciudad de San Petersburgo (en ruso, Sankt Peterburg). Ciudad situada en el noroeste de la Rusia europea, Localizada en el delta del río Neva, en el extremo oriental del golfo de Finlandia, la mayor parte de la ciudad se construyó sobre las riberas del río y en las islas formadas en el mismo. Es la segunda ciudad más grande de Rusia, y uno de sus más importantes puertos marítimos, además de ser un importante nudo ferroviario.

San Petersburgo fue en su día una fortaleza sueca que controlaba las proximidades del río Neva. En 1703 Pedro I se apoderó de esta zona y edificó las fortalezas de San Pedro y San Pablo, y Kronstadt. Ordenó también la construcción de una nueva ciudad, que llamó San Petersburgo en honor de su santo patrón. Quiso que la ciudad se occidentalizara, hasta el punto de considerarla "una ventana a Europa". En 1713 la familia real estableció aquí su residencia, por lo que la capital de Rusia dejó de ser Moscú para pasar a ser San Petersburgo. El desarrollo de instalaciones portuarias en el siglo XIX derivó en el desarrollo industrial de la ciudad, desarrollo que no existía en la ciudad de Moscú.

En 1914 el emperador Nicolás II cambió la denominación alemana de San Petersburgo por la denominación rusa Petrogrado, después de que se declarara la guerra a Alemania.

A la muerte de Lenin en 1924, se le nombra como Leningrado en su honor, hasta que derruida la URSS, retoma su antiguo nombre de San Petersburgo en 1991.



La revolución pacífica y el innecesario golpe de estado, ambos en 1917 


En 1913 el imperio ruso era uno de los países con un mayor índice de crecimiento económico, sin embargo este auge económico estaba ligado a una parálisis política. A Rusia le tocó en suerte un zar vacilante que hasta el último momento se negó a establecer una monarquía parlamentaria. Nicolás II era el monarca perfecto para aceptar una reducción de su papel como autócrata: sin embargo, el apego al juramento hecho durante su coronación y la influencia de su esposa, le impidieron dar ese paso que hubiera salvado a Rusia de la vorágine revolucionaria.

Por otro lado otro factor preponderante en la caída del imperio ruso fue su participación en la Gran Guerra de 1914-1918, ya que la inmensa mayoría del pueblo ruso no quería esta guerra, que le impuso grandes privaciones, al destinar los alimentos y bienes a las tropas y lo demostró al no apoyar a los gobiernos provisionales, tras la dimisión de Nicolás II, ya que estos insistían en continuar la guerra contra Alemania.

Papel preponderante tuvo la masonería encabezada por el príncipe Guergoi Lvov, fundador de las primeras logias masónicas de Petrogrado y Moscú y que encabezaría el primero y el segundo gobierno provisional, tras la revolución de febrero. Le apoyaba otro masón Pavel Miliukov, ministro de Exteriores, y personaje clave en aquellos primeros meses de Gobierno provisional, quien escribiría en sus memorias que el golpe (de febrero) fue un complot masónico.

Por otro lado también los seguidores de Alexander Kerensky que encabezaría el tercer gobierno provisional, reclaman su lugar como fundadores de las logias masónicas en Rusia; ya que a principios del siglo XX, unos 15 masones de la órbita del socialista Alexander Kerenski (1881–1970) que habían emigrado a Francia se unieron a logias en París, principalmente la logia Kosmos y la logia Monte Sinaí. 

A su regreso a Rusia, en 1908 fundaron las logias La Estrella Polar en San Petersburgo y la logia Regeneración en Moscú.

Asimismo Alemania ayudó a los bolcheviques y a Lenin a regresar a Rusia blindando un tren desde Suiza y otorgando una enorme ayuda económica en ese tiempo de 50 millones de marcos.


Las dos revoluciones del año 1917 (cronología según el calendario juliano) [1]



La primera revolución, incruenta ocurrió en enero-febrero de 1917, con ella se consiguió que abdicara el zar Nicolás II. Como consecuencia, Estonia, Finlandia, Polonia se independizan, y grandes reformas sociales se elaboran para ser sometidas a la futura Asamblea Constituyente, los socialistas organizan un Consejo (Soviet) de diputados, trabajadores y soldados para criticar al gobierno provisional.

Todo inició el 9 de enero, con una huelga obrera en Petrogrado en la que participaron más de 50 mil obreros. También se realizaron manifestaciones en recuerdo del “domingo rojo” de 1905.

El 22 de febrero, se declaró la huelga en las fábricas Putilov, donde trabajaban 150 mil obreros.

El 23 de febrero, se celebra el Día Internacional de la mujer, con una inmensa marcha contra el hambre,

El 24 de febrero, crece el movimiento de protesta en Petrogrado.

El 25 de febrero, se declaró la huelga general en Petrogrado, con enfrentamiento entre manifestantes y el ejército.

El 26 de febrero, se dan brotes insurreccionales, represión violenta y primeros actos de confraternización de cosacos y soldados con manifestantes. El zar Nicolás disuelve la Duma o Parlamento, que ignorando tal decisión elige un Comité Provisional para restablecer el orden.

El 1° de marzo, el Comité de la Duma publica su primera orden en la que exhorta a los soldados a elegir sus soviets (comités) en todas las unidades militares; decisión que desestabiliza por completo al ya tambaleante ejército ruso, duramente golpeado por las tropas alemanas.

El 2 de marzo, el zar Nicolás II que se encuentra en la ciudad de Peskov, junto con su Estado Mayor, abdica a favor de su hermano, el gran Duque Mijail Romanov. La Duma por su parte forma un gobierno provisional, encabezado por el príncipe Gueorgui, progresista y fundador de las primeras logias masónicas de Petrogrado y Moscú.

El 3 de marzo, el gran Duque Mijail Romanov renuncia al trono. En tanto en Zúrich, un desesperado Lenin que observa como la revolución y la historia se le escurre entre las manos, al fin logra abordar el “tren blindado” que el káiser Guillermo II ha puesto a su disposición y de una treintena de “camaradas” para conducirlo a la frontera rusa con Finlandia.

El 6 de marzo, el gobierno provisional dicta sus primeras decisiones: amnistía general para presos políticos; convocatoria para elegir una Asamblea Constituyente, -y la que sellará su caída, rechazo de todo tratado de paz separado con Alemania-. Rusia mantiene su alianza militar con Francia e Inglaterra contra el káiser.

El 12 de marzo, Lenin en camino a Rusia, escribe Cartas de lejos, una serie de cinco largos artículos en los que define claramente la revolución proletaria y cómo llevarla a cabo. Su posición es tan radical que asusta sus propios compañeros bolcheviques, que sólo publicarán la primera carta en el diario Pravda.

El 3 de abril, al fin llega el desesperado Lenin a Petrogrado. Tres semanas después arribará Trotsky que viene de Londres

El 4 de abril, Lenin expone a los bolcheviques sus Tesis de abril, en las que define “las tareas del proletariado” en la revolución rusa en curso y justifica su oposición sistemática a la guerra y al gobierno provisional.

El 20 y 21 de abril, se llevan a cabo las jornadas de abril. Manifestaciones en Petrogrado por iniciativa de los bolcheviques contra la decisión del gobierno provisional de seguir combatiendo contra Alemania. Violento enfrentamientos callejeros entre los que apoyan seguir la guerra y los que están en contra.




El 5 de mayo, tiene lugar la formación del segundo gobierno provisional encabezado nuevamente por el príncipe Guergoi Lvov.

Entre el 3 y el 24 de junio, tiene lugar el Congreso Panruso de los Soviets celebrado en Petrogrado. La mayoría de los delegados apoyan al gobierno provisional, al que los bolcheviques, por el contrario combaten con más determinación que nunca. Mientras Lenin asegura que su partido está listo para tomar el poder, muy pocos lo toman en cuenta.

El 18 de junio, las fuerzas armadas rusas lanzan una nueva ofensiva contra el ejército alemán, la cual fracasa pronto y cuyo altísimo costo humano juega un papel capital en el apoyo creciente de los soldados a los revolucionarios.

Entre el 2 y el 4 de julio, se llevan a cabo las jornadas de julio, con nuevas manifestaciones de obreros y campesinos en Petrogrado, aún más violentas que las de febrero y es que los bolcheviques aprovechan el descontento causado por la reciente derrota frente a los alemanes, pensando que es su oportunidad de tomar el poder. Los marinos del puerto de Kronstadt se unen al movimiento que rebasa hasta a los bolcheviques más radicales. El gobierno reprime el movimiento con gran brutalidad, mientras que la justicia lanza una orden de detención contra Lenin por “traición a la patria”, por lo que éste pasa a la clandestinidad, escondiéndose en el norte de Petrogrado y luego en Finlandia.

El 24 de julio se forma el tercer gobierno provisional encabezado por Alejandro Kerensky.

Del 27 al 31 de agosto se da un golpe militar frustrado del general Lavr Kornilov.

El 1° de septiembre se proclama la República.

El 9 de septiembre, los bolcheviques logran al fin controlar la dirección del Soviet de Petrogrado.

El 7 de octubre, tiene lugar la Sesión inaugural de la Duma, que es boicoteada por los bolcheviques.

El 10 de octubre, Lenin recién llegado de Finlandia se reúne clandestinamente con la dirección bolchevique, en la que se toma la decisión de lanzar cuanto antes la insurrección revolucionaria.

El 12 de octubre, tiene lugar la creación del Comité Militar Revolucionario de Petrogrado, encabezado por León Trotsky, Vladimir Antonov-Obseyenko y Pavel Dybenko, cuya misión es preparar la insurrección.

El 24 de octubre, principia el “golpe de Estado” de los bolcheviques y esa noche, las unidades militares que apoyan a los bolcheviques toman el control de Petrogrado sin enfrentar mayor resistencia.

El 25 de octubre (7 de noviembre en el resto del mundo), sólo el Palacio de Invierno, exresidencia del zar, escapa a la autoridad de los bolcheviques. Es el último reducto del gobierno provisional, cuya destitución es anunciada oficialmente por Lenin. Y esa noche Trotzki toma la sede del gobierno, arresta a los ministros, deja huir a Kerenski, que terminará su vida como profesor de universidad en Estados Unidos: “los habitantes dormían tranquilamente y no sabían que en este preciso instante, un poder sucedía a otro poder”. No hay encarnizada resistencia de un puñado de guardias. Ese día forman un Consejo de los Comisarios del Pueblo: Lenin preside, Trotzki y Stalin están a su lado. El 25 de noviembre, la nación elige la Asamblea Constituyente, que se reunirá por primera vez el 18 de enero de 1918, en Petrogrado. 

<<El socialista ruso Boris Krichevsky, desde Petrograd, mandó 17 cartas al periódico francés L’Humanité, del 2 de octubre 1917 al 23 de febrero de 1918. Revolucionario, opuesto a los bolcheviques, lamenta, a los pocos días del golpe de octubre, que “una Revolución que se anunciaba tan luminosa, que era tan hermosa en su aurora, se encuentra hoy bajo la bota de un puñado de audaces conspiradores… No fue una insurrección obrera, ni fue una insurrección. El pueblo obrero de Petrograd dormía como el resto de la población, en esa noche que dio el poder a la pandilla. Fue un complot en todo el sentido de la palabra, organizado a cielo abierto, bajo las narices de un gobierno lamentablemente impotente. Fue un complot militar, ejecutado por los pretorianos bolcheviques de la guarnición desocupada y podrida de Petrograd, con la ayuda de unos marinos de la flota del Báltico”.>> [2]


Jorge Pérez Uribe


Bibliografía:

  • Jean Meyer, Rusia y sus imperios, 1884-1991, CIDE/FCE, México, 1997, 525 págs.
  • Octubre Rojo, Revista Historia y Vida, No. 477, España
  • El nacimiento de una utopía 1917-2017 Centenario de la Revolución Rusa, Revista Proceso, noviembre 2017
  • Méxicohttp://www.eluniversal.com.mx/articulo/jean-meyer/nacion/la-revolucion-de-octubre

Notas:
[1] El nacimiento de una utopía 1917-2017 Centenario de la Revolución Rusa, Revista Proceso, noviembre 2017, México 
[2] http://www.eluniversal.com.mx/articulo/jean-meyer/nacion/la-revolucion-de-octubre

miércoles, 1 de noviembre de 2017

LLANURA DE NÍNIVE; LA IGLESIA CALDEA DICE NO A LA CONTIENDA ENTRE BAGHDAD Y LOS KURDOS



Gianni Valente 30 de octubre de 2017

El Patriarcado de Babilonia de los Caldeos expone la propia visión sobre el «futuro de las ciudades cristianas» de la zona, que se han convertido en territorio de enfrentamiento (incluso militar) entre el gobierno de Irak y la Región autónoma del Kurdistán iraquí. Un efecto indirecto de los frágiles equilibrios impuestos en toda la región desde 2003, después de la caída del régimen baazista, con la intervención de las fuerzas internacionales guiadas por los Estados Unidos.

Han pasado 7 meses desde que toda la ciudad de Mosul y toda Llanura de Nínive fueron liberadas del dominio de los yihadistas del llamado Estado Islámico (Daesh). Sin embargo, muchas ciudades de la Llanura de Nínive, en las que antes habitaban los cristianos, «siguen vacías», y ningún residente a vuelto a sus casas, abandonadas en verano de 2014 ante el avance de las milicias del «Califato». Lo denunció el Patriarcado de Babilonia de los Caldeos, que guía la más consistente comunidad cristiana arraigada en Irak. Y atribuye esta situación a «la incapacidad del gobierno central» de reconstruir las casas y las infraestructuras devastadas durante el conflicto, pero también, y sobre todo, a los nuevos vientos de guerra que soplan precisamente en la Llanura de Nínive, que se ha convertido en un territorio contendido entre el gobierno central de Baghdad y las milicias kurdas de los Peshmerga, que responden a la Región autónoma del Kurdistán iraquí. El Patraircado caldeo acaba de difundir un documento para dar a conocer la propia visión sobre «el futuro de las ciudades cristianas de la Llanura de Nínive», e insistir en que «los cristianos no son extraños en Irak, sino que representan poblaciones autóctonas del país».




El destino que parece estar llegando a la Llanura de Nínive se muestra cada vez más paradójico. Las localidades que la caracterizan representaban los bastiones históricos de las comunidades cristianas en el espacio de la antigua Mesopotamia. Y precisamente alrededor de esa Llanura se cultiva desde tiempos inmemoriales entre algunos sectores de las comunidades cristianas iraquíes el proyecto de una «región autónoma» para los cristianos, para llevar a cabo, por lo menos e parte, el sueño ancestral de un «hogar nacional» reservado a las comunidades caldeas, asirias y sirias. Entre el 6 y el 7 de agosto de 2014, decenas de miles de cristianos huyeron a toda prisa de Qaraqosh, Kramles, Talkief, Bartalla y otros centros urbanos de la zona, después de que el ejército iraquí y las tropas kurdas Peshmerga presentes en la región retrocedieran ante el avance de los yihadistas. En los últimos años no ha habido iniciativa o declaración «en defensa de los cristianos iraquíes» por parte de poderes y «lobbies» que no se haya referido a la necesidad de garantizar y defender la vuelta de los bautizados caldeos, sirios y asirios a las ciudades y aldeas de la Llanura de Nínive. Sin embargo, precisamente esa región se ha convertido, junto con Kirkuk, en el epicentro de un nuevo enfrentamiento entre el gobierno de Baghdad y los planes separatistas de la Región autónoma del Kurdistán iraquí, cuya cúpula ha llevado a la proclamación de la propia independencia mediante el resultado del plebiscito pro-independencia que fue convocado para el pasado 25 de septiembre.

Los nuevos conflictos representan una consecuencia indirecta y retrasada de los frágiles equilibrios impuestos en toda la región desde 2013, después de la caída del régimen baazista, con la decisiva intervención de las fuerzas internacionales guiadas por los Estados Unidos. Dese entonces, las fuerzas que prevalecen en el Kurdistán iraquí reivindican, en desacuerdo con el gobierno central, el control de 5 «zonas disputadas», incluidas las de los gobernatorados de Nínive y Kirkuk.

El Patraircado caldeo, delineando su «visión» sobre el futuro de las ciudades cristianas de la Llanura, reconoce que «la jurisdicción sobre la Llanura de Nínive, unificada, estable y protegida hasta 2003, hoy es disputada por el gobierno iraquí y las fuerzas kurdas». Recuerda también que después del referéndum por la independencia de la Región autónoma del Kurdistán iraquí, precisamente en esa zona se han registrado enfrentamientos militares entre el ejército iraquí (junto con los grupos de movilización militar popular, Al-Hashd) y los Peshmerga. En las pequeñas ciudades de Telkaif y Baqofa «fueron heridos niños inocentes, y las casas de las familias cristianas fueron utilizadas como puestos de defensa. Como consecuencia, muchos de los residentes de estas ciudades han huido nuevamente, creando un nuevo estado de ansia y miedo». Todo esto, nota el Patriarcado, provocará una nueva migración de cristianos al extranjero.

Para tratar de frenar la desaparición absoluta de la presencia cristiana en la región, el Patriarca caldeo Louis Raphael Sako y sus colaboradores no se limitan a las declaraciones de principios, e indican algunas medidas concretas: invitan a desmantelar la disputa jurisdiccional que se está llevando a cabo en la Llanura de Nínive, volviendo a la situación que había antes de 2003, cuando el gobierno central recobró el control de toda la región; recomiendan integrar y enmarcar en el ejército nacional y en las fuerzas de seguridad federales a todas las milicias y grupos armados locales (a menudo organizados según un criterio étnico-religioso); llaman a las organizaciones y a los partidos políticos cristianos a coordinarse y actuar con sintonía. Para concluir, el Patriarcado caldeo renueva su llamado al gobierno iraquí y al de la Región autónoma de Kurdistán a «sentarse a la mesa de la negociación para reconsiderar la situación y resolver todos los problemas pendientes», reconociendo que «los pueblos que sufren de Irak y del Kurdistán iraquí rechazan que prosiga la guerra».