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jueves, 5 de mayo de 2016

LA “OBISPA” LUTERANA MARGOT KAESSMANN: ESTE PAPA ES UN REFORMADOR


     Congreso en el Pontificio Ateneo San Anselmo, como parte de los preparativos para 
el 500 aniversario de la Reforma de Martín Lutero en 2017

Margot Kaessmann  5 de mayo de 2016


IACOPO SCARAMUZZI  |  CIUDAD DEL VATICANO

El ecumenismo vive un momento «muy bueno», incluso gracias a Papa Francisco, un «reformador» que está cerca de las personas y que es capaz de hacer gestos apreciados en el mundo reformado, como el viaje a Lampedusa. Palabra de obispa luterana, la alemana Margot Kaessmann, embajadora para el año luterano de la Iglesia Evangélica de Alemania, que inauguró un congreso internacional e interconfesional (católico-luterano) en el Pontificio Ateneo San Anselmo como parte de los preparativos para el 500 aniversario de la Reforma de Martín Lutero en 2017. 

Los quinientos años de la Reforma luterana, por una parte; por otra, la presencia de un Papa comprometido en una reforma de la Iglesia católica y en el diálogo con las demás confesiones cristianas. ¿Se trata de un momento especial para el ecumenismo? 

Diría que sí: este Papa es un reformador en su Iglesia y creo que Martín Lutero era un reformador en su Iglesia, quería reformar su Iglesia católica romana. Nos encontramos en un muy buen momento desde el punto de vista ecuménico, porque ecumenismo por una parte significa discusión sobre la Iglesia, la eucaristía, el bautismo, los ministerios, y, por otra, significa actuar como cristianos en el mundo, y ya estamos muy cerca en este aspecto.


¿Constituye para ustedes un problema que el Papa provenga de una orden religiosa, los jesuitas, que nació en el siglo XVI como respuesta a la Reforma protestante o como respuesta a la crisis de la Iglesia católica? 

En cierto sentido, san Ignacio de Loyola también quería reformar la Iglesia. Yo creo que no es ningún problema. El Papa, con sus orígenes latinoamericanos, tiene una visión muy diferente sobre el mundo y muchos luteranos o personas de las Iglesias reformadas están muy entusiasmadas de que vaya a Lampedusa, de que lave los pies a personas pobres en una cárcel, de que vaya hacia la gente. No es un problema que sea jesuita, la oportunidad es que se trata de un Papa que está cerca de las personas.


¿Los problemas en el diálogo ecuménico nacen de las diferencias entre las Iglesias cristianas o más bien en los sectores conservadores que cada una de estas Iglesias tiene en su interior? 

Obviamente hay “hardliners” y fundamentalistas en todas las religiones y en todas las denominaciones. Pero, por ejemplo, en Alemania, a nivel parroquial, las personas no quieren que el ecumenismo nos haga a todos iguales: sería aburrido. Podemos seguir siendo diferentes, pero en el respeto de las diferencias, sobre todo en las sociedades secularizadas de Europa, el deseo de decir: somos diferentes en algunas convicciones teológicas, pero estamos más cerca unos a los otros de lo que estamos con los ateos o con personas de otras religiones. Esta, para mí, es la gran oportunidad del ecumenismo. Claro, las fuerzas conservadoras de cada Iglesia y de cada religión no adoran el diálogo, porque el diálogo significa siempre afirmar: ‘La verdad sobre Dios es mi verdad’, pero tal vez otro encuentre otra verdad sobre Dios, y esto es tolerable. 


Para extender el discurso a los ortodoxos, ¿según su opinión, la buena relación que Papa Francisco tiene con el Patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomeo, y el encuentro histórico que tuvo con el Patriarca de Moscú y de todas las Rusias, Kirill, demuestra que el diálogo ecuménico se concentra principalmente en cuestiones concretas, como la migración o la secularización de la sociedad, y no tanto en cuestiones teológicas fundamentales? 

Puede ser cierto que el diálogo sea diferente si consideramos las cuestiones del mundo y la manera en la que los cristianos deberían actuar en el mundo. Pero, con respecto a la Iglesia ortodoxa, y en particular a la Iglesia ortodoxa rusa, hay que decir que la Iglesia católica y la Iglesia luterana están cada vez más cerca, porque ambas vivieron la época de la ilustración. Creo que la Iglesia ortodoxa rusa todavía no está lista para aceptar que vivimos en una sociedad secularizada. Para mí, este es un tema importante, porque tengo la impresión de que la ortodoxia rusa todavía razona en términos de Iglesia como parte del poder que guía un país, mientras que en la Europa occidental nos estamos alejando de esa concepción: la Iglesia no guía ningún país, la religión no guía un país. 


En relación con la persecución de los cristianos, este Papa afirma que el martirio de los cristianos representa un signo de ecumenismo, porque los que persiguen a los cristianos no distinguen entre católicos, protestantes, ortodoxos. ¿Está de acuerdo? 

En cierto sentido es triste, pero es cierto; quienes persiguen a los cristianos no hacen distinciones entre católicos romanos, reformados u ortodoxos. Sin embargo, como cristianos debemos decir que si otros nos persiguen, nuestra respuesta no será la de perseguirles. Por ejemplo, cuando llegan refugiados a Europa, creo que no debemos distinguir si son cristianos, musulmanes u otra cosa, sino que la actitud cristiana, como dijo Jesús, es la de estar abiertos al extranjero, sea quien sea y provenga de donde provenga. Creo que la respuesta que debemos dar es no comenzar a hacer distinciones, como hacen algunos países radicales islámicos. 


¿Qué significa para el mundo luterano el viaje de Papa Francisco a Lund, Suecia, para participar en el 500 aniversario de la reforma luterana el próximo 31 de octubre? ¿Usted cree que el Papa visite Alemania en 2017? 

En Alemania, los periodistas me preguntan constantemente si el Papa irá a Wittemberg (la pequeña ciudad alemana desde donde partió la Reforma de Lutero, ndr.), y yo les digo que no es necesario: tendremos un aniversario de la Reforma en Alemania con los católicos, los ortodoxos y los menonitas, también tendremos momentos de diálogo con los hebreos y musulmanes. Esta es una celebración alemana y, por primera vez, no celebraremos al Lutero nacional alemán, sino global, abierta y ecuménicamente. La visita del Papa a Lund, según yo, es la consecuencia correcta. La que lo invitó fue la Federación Luterana Mundial; es el nivel justo. El Papa irá a Lund, será acogido por un arzobispo sueco y creo que será un buen signo a nivel global. Si el Papa viniera a Wittemberg, creo que se daría demasiada atención al Papa, y el aniversario de la Reforma en Alemania, según yo, es la oportunidad para que personas de Dios hablen de su fe en la sociedad secularizada alemana. 


¿Qué puede aprender la Iglesia católica de la Reforma y qué puede aprender la Reforma de la Iglesia católica? 

Preguntarse qué es lo que podemos encontrar en otra Iglesia que nosotros no tenemos, en mi opinión, es una buena actitud. Lo que yo admiro de verdad en la Iglesia católica romana es que mantiene la unidad global de la Iglesia, a pesar de todas las diferencias al respecto en su interior, porque es mucho mejor para enseñarle al mundo global cuál es la Iglesia. Los luteranos y los reformados pueden aprender de los católicos a no separarse tan fácilmente. Creo que lo que la Iglesia católica podría aprender de la Iglesia luterana, por ejemplo, es que las mujeres pueden ser sacerdotes, obispos, y, si tuviéramos un Papa, también Papas, porque para nosotros el bautismo es el sacramento clave y quien ha sido bautizado, como decía Lutero, puede ser sacerdote, obispo o Papa. No hay que temer a las mujeres, laicas u ordenadas, ayudan a la Iglesia a estar más cerca de las personas. 

En el Pontificio Ateneo San Anselmo, en el Aventino, Margot Kaessmann, teóloga y obispa, inauguró ayer el congreso titulado “Signos de perdón – Caminos de conversión –Prácticas de penitencia: una Reforma que interpela a todos”. El congreso concluirá mañana, seis de mayo, con la relación de la profesora Susan Wood, sobre el tema “Del conflicto a la comunión” 


Fuente: http://www.lastampa.it/2016/05/05/vaticaninsider/es/reportajes-y-entrevistas/la-obispa-luterana-margot-kaessmann-este-papa-es-un-reformador-jmC5lCmbq2BlYRZMRymESI/pagina.html?utm_source=dlvr.it&utm_medium=facebook

jueves, 21 de abril de 2016

EL LIBRO `TÚ ERES PEDRO´, UNA OBRA POLÉMICA





Quise asistir a la presentación del libro “Tú eres Pedro, Profecías sobre la Iglesia, el Papa y el Mundo” que haría su autor el licenciado Luis Eduardo López Padilla el pasado 17 de marzo, conjuntamente con el conductor Roberto O´Farril, pero el horario se me empalmó con la sesión del curso “El miedo en la Historia” que estoy siguiendo en la Academia Mexicana de Historia. Así es que me conformé con comprar el libro posteriormente y leerlo.


Para quienes no lo conozcan el Lic. López Padilla, es un mariófano [1] que ha ya publicado 29 libros, principalmente sobre temas de apariciones marianas.


Importancia del libro `Tú eres Pedro´


Elemental para quienes profesan la fe católica, también resultará interesante para aquellos que no sean creyentes, ya que trata de forma documentada en la Sagrada Escritura, el mandato de Jesucristo a su sucesor Pedro como cabeza de su Iglesia en este mundo y las promesas de asistencia perenne a sus sucesores, lo que ha llevado a establecer el `dogma´ o verdad revelada, de la infabilidad papal.

Me ha impresionado la gran cantidad de promesas de asistencia de Jesucristo a Pedro y los apóstoles, empezando por la designación de Pedro como cabeza de la Iglesia, de lo que Pedro poco habrá comprendido, en ese momento: <<Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mí Iglesia y las puertas del infierno no prevalecerán sobre ella. A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos, y lo que ates en la Tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la Tierra quedará desatado en los cielos.>> (Mt, XVI, 18-19)

Probablemente el momento teológico más fuerte fue el de la fundación de la Iglesia Católica, dentro de la celebración del la Pascua del Jueves Santo: <<No me habéis elegido vosotros a mí sino que yo los he elegido a vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y que vuestro fruto permanezca: de modo que todo lo que pidáis al padre en mi nombre os lo conceda.>> (Jn, XV, 16)

En el mismo acto, anunciando su próxima partida de este mundo les promete la venida del Espíritu Santo:

<<…Os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito; pero si me voy, os lo enviaré; y cuando él venga convencerá al mundo, en lo referente al pecado, en lo referente a la justicia y en lo referente al juicio; en lo referente al pecado, porque no creen en mí; en lo referente a la justicia, porque me voy al Padre, y ya no me veréis; en lo referente al juicio, porque el Príncipe de este mundo está juzgado. 

Mucho tengo todavía que deciros, pero ahora no podéis con ello.

Cuando venga él, el espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad completa; pues no hablará por su cuenta, sino que hablará lo que oiga, y os anunciará lo que ha de venir.>> (Jn, XVI, 7-12)

Después de la resurrección y antes de partir a los cielos Jesucristo les comunicó a sus discípulos su misión universal y la promesa de acompañarlos hasta el fin del mundo: 

<<Me ha sido dado todo poder en el cielo y la tierra. Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizandolas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta la consumación del mundo.>> (Mt. XXVIII, 16-20) 

Los recientes sucesos del Pontificado


Por el libro vemos desfilar los sucesos de esta década que han cimbrado la institución pontificia, ante la crítica corrosiva de ciertos teólogos y de una secta que ha ido tomando fuerza dentro de la Iglesia Católica. Entre estos sucesos podemos citar:

  • La renuncia de Benedicto XVI en el año de 2013.
  • El cónclave que eligió a Francisco y la validez de su elección.
  • La coexistencia por primera vez en la historia de dos Papas y su posible significado.

No abundaré más sobre estos acontecimientos que fueron ampliamente seguidos por este blog durante el año de 2013.

`El escándalo de la Sencillez y la Misericordia´


El capítulo bajo este nombre define el pontificado de Francisco, un obispo que arrastró al pontificado su estilo de vida sencillo y austero, lo que ha motivado el rechazo de los amantes de la pompa de otros tiempos e incluso de algunos “príncipes de la Iglesia” que más que olor de oveja llevan el perfume de los aeropuertos y de las tertulias con políticos y empresarios como nuestro ególatra cardenal Norberto Rivera, quién se atrevió a desafiar al Papa, cuando éste último les recordó a los obispos de México, como debe ser un buen pastor.

Sobre el tema de la `misericordia´, estoy en shock, ya que lo humanamente lógico es lo que hacen los “guardianes de la fe tradicionalista”, es decir hablar del castigo a que nos hacemos acreedores por nuestro alejamiento de la Ley de Dios, hablar de penitencia, de expiación de nuestros pecados. Y ante ello el sucesor de Pedro, nos habla del gran amor de Dios, de su deseo de perdón infinito y establece un “Año de la Misericordia” y nos repite con frecuencia: “Dios nunca se cansa de perdonar, el hombre es el que se cansa de pedir perdón”


El Sedevacantismo


Analiza el problema del movimiento sectario del Lefebrismo y/o Sedevacantismo –curiosamente muy extendido en Argentina, la tierra del Papa Francisco-, y que golpea en las redes sociales al Papa, a la liturgia y sobre todo a las enseñanzas de los Romanos Pontífices, a través de portales como: ADELANTE LA FE, RORATE CAELI, THE REMNANT, SI SI NO NO, DENZINGER-BERGOGLIO, CATHOLIC FAMILY NEWS, HEMOS VISTO, LA HORA DE LA VERDAD, MEDITACIÓN, SAN MIGUEL ARCÁNGEL, MISA TRADICIONAL EN DIRECTO, SAN PIO X, 1914-2014, EL ÚLTIMO PAPA SANTO y otros más.

El Lic. López Padilla define a dicho movimiento de la siguiente manera: “El sedevacantismo es una posición teológica iniciada dentro del catolicismo que considera la Sede Apostólica de Roma en estado de sede vacante. Los sedevacantistas afirman que hoy no hay Papa, y la mayoría creen que no ha habido desde 1958, cuando fue elegido Juan XXIII. Los argumentos de los sedevacantistas se basan fundamentalmente en un rechazo a la “nueva orientación” en la Iglesia inaugurada por el Concilio Vaticano II, esencialmente su apertura al mundo, así como al cambio de la misa tradicional, llamada de San Pío V para dar lugar a la nueva misa o Novus Ordo” [2].

Los miembros de estas sectas, aparentemente independientes unas de otras, empiezan rechazando en culto actual, instaurado por “pastores protestantes” en el Concilio Vaticano II, argumentando que las misas son un show, que no se respeta la comunión, que la música no es la adecuada, que la arquitectura de las iglesias actuales es aberrante, en resumen afirman que todo lo actual está mal. Sus publicaciones son de los Papas del siglo XIX, hablando contra “el modernismo”, o de G. K. Chesterton (1874-1936). Para ellos el tiempo y el pensamiento se ha detenido, como si en el siglo XX y XXI, no hubiera habido grandes pensadores. Obviamente las Encíclicas y los libros de Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo II, Benedicto XVI y por supuesto Francisco, están proscritos. Tristemente estas personas tienden a convierten en personas tóxicas, de las cuales sólo se pueden obtener opiniones negativas.

Desde un punto de vista teológico la posición de esta secta, como muchas otras que han surgido a lo largo de la historia, es endeble, ya que Jesucristo fundador de la Iglesia Católica, únicamente prometió su asistencia hasta el fin de los tiempos a su Iglesia y al sucesor de Pedro, y ellos como en su momento los evangelistas, los luteranos, etc., no cuentan con ningún antecedente que haga válida su postura.


Las Profecías sobre la Iglesia, el Papa y el Mundo


En los últimos tres capítulos se tratan las profecías sobre los Papas de san Malaquías, temas apocalípticos como el `fin de los tiempos´ las dos Iglesias en Roma, `la gran tribulación´, lo que convierte a la obra en polémica. 

Aquí debo recordar aquella célebre conferencia-debate efectuada el 28 de febrero de 2013 -día de la renuncia efectiva de Benedicto XVI-, moderada por Roberto O´Farril, con la participación de José Alberto Villasana teólogo especialista en Apocalipsis y del autor de libro en ciernes. El tema del debate fue la coexistencia de dos Papas, misma que se ha dado en la historia de la Iglesia Católica, únicamente cuando existe un Papa depositario de la auténtica fe y un Antipapa, enemigo de la misma. En ella José Alberto Villasana definió su afinidad con los “sedevacantistas” negando que el Papa a elegir fuera a ser un Papa legítimo –posición que ha sostenido-, y en la que el Lic. López Padilla –a contrario sensu-, afirmó estar seguro que el Papa que eligiera el Colegio Cardenalicio sería un Papa legítimo. Posteriormente haciendo un acto de sinceridad y humildad, reconoció que por vanidad él había seguido la tendencia de establecer fechas para los acontecimiento apocalípticos, pero que le habían hecho comprender su error y no lo volvería a hacer en el futuro. 


Jorge Pérez Uribe



[1] `Mariofanías´ son las manifestaciones de la Virgen María ante uno o varios videntes. 
[2] Luis Eduardo López Padilla, Tú eres Pedro, Profecías sobre la Iglesia, el Papa y el Mundo, México, 2016, pág.88

miércoles, 13 de abril de 2016

`LA ALEGRÍA DEL AMOR', UN CAMINO NUEVO Y VIEJO A LA VEZ




Sorprendente y a la vez tradicional, la Exhortación Amoris Laetitia confirma la doctrina y abre nuevas avenidas a la reflexión y a la pastoral de la familia.

Antonio Maza Pereda, 10 de abril de 2016


Acabo de iniciar la lectura de la Exhortación Apostólica Amoris Laetitia (la Alegría del Amor), un documento excepcional, que sin apartarse de la doctrina de siempre, abre caminos nuevos para entender y aprovechar el inmenso tesoro que recibimos desde el principio, cuando Dios nos creó hombre y mujer y nos dio el encargo de vivir en familia.

Creo que no faltarán quienes queden enojados con el Papa. Otra vez. Porque el Santo Padre no cumplió sus expectativas. Ni condenaciones fulminantes ni aperturas espectaculares. Nada de aprobar el aborto, pero no es su tema central. No aprueba el control natal artificial, pero tampoco es el tema de fondo. Y así con otros temas “espinosos”. No faltará quienes hablen de que el Papa ha caído en el relativismo, al pedir discernimiento y adaptación a las culturas y cuando dice que hay verdades que aún no conocemos plenamente. O los que piensen que hizo oídos sordos ante lo que, según algunos medios, eran los reclamos de la sociedad. Y eso los enojará.

El Papa pide que leamos despacito este documento, que lo tomemos por partes y lo entendamos poco a poco. Eso intento hacer aquí. No pretendo hacer un resumen. Este artículo es como un cuadro impresionista, que toma algunos rasgos sobresalientes, pero sin hacer más que iniciar el entendimiento de unos cuantos párrafos del documento.

Abriendo el documento, el Santo Padre hace énfasis en la felicidad. Desde el título mismo. Ve al matrimonio, y su ideal católico y cristiano como un regalo para la humanidad. Entendiendo, por otro lado, que es un ideal y que ninguna familia es perfecta, ni un estándar único de este modelo.


Una guía que me ha ayudado a empezar a entender a Francisco en este, como en otros temas, es fijarme en sus prioridades. Ahí están las diferencias. No cambia la enseñanza de la Iglesia, pero la expresa con diferente énfasis, en donde se puede ver a qué le da más importancia. Algunos ejemplos al vuelo: habla de que “no tiene sentido quedarnos en una denuncia retórica de los males actuales, como si esto pudiera cambiar algo” y nos pide “presentar las razones y motivaciones para optar por el matrimonio y la familia” Como, por ejemplo, cuando denunciamos el incremento en el número de divorcios y poco hacemos por ayudar a que las parejas sean felices. O cuando dejamos en segundo lugar “el llamado a crecer en el amor y en el ideal de la ayuda mutua” y permitimos que ese llamado sea “… opacado por un acento casi excluyente en el deber de la procreación”

En otro párrafo el Papa dice: “Durante mucho tiempo creímos que con sólo insistir en cuestiones doctrinales, bioéticas y morales, sin motivar la apertura a la gracia, ya sosteníamos suficientemente a las familias” y en cambio “ tenemos dificultad para presentar al matrimonio más como un camino dinámico de desarrollo y realización que como un peso a soportar toda la vida”. No niega la realidad de esos criterios, pero señala que hay otros que deberían ocupar una prioridad mayor.

Aún hay que dar muchos pasos en esa dirección. Tengo la edad suficiente para recordar cómo se hablaba de “la cruz del matrimonio”, de la abnegación y el “aguantar” para santificarse y no recuerdo a nadie que me dijera que siendo feliz perfeccionaría nuestra relación de matrimonio y de familia.

Personalmente aprecio mucho los esfuerzos que se hacen por defender la familia. Pero creo que no hay mejor modo de defender a la familia que ser familias felices. Sin ponernos de ejemplo, sin predicar. Porque la felicidad se nota. Y aunque sea silenciosa, habla con fuerza y convence. Mucho mejor que doctas disertaciones y almibaradas poesías. Y esa es una tarea en la que nadie nos puede substituir. Ni obispos, ni teólogos, expertos y asesores. Sí, nos pueden ayudar, pero no substituir. La tarea, el deber de ser felices es solo nuestro, en el matrimonio primero, en nuestra familia y en la familia extendida.

Hasta ahí voy. Espero que, aunque sea en mínima parte, esté empezando a captar el mensaje. Que significa un cambio importante, en un aspecto que tal vez no se esperaba. Y me gusta.


Nota: Quién deseé consultar o leer la Exhortación Apostólica Amoris Laetitia, lo puede efectuar en la siguiente liga (descargable):
http://w2.vatican.va/content/francesco/es/apost_exhortations/documents/papa-francesco_esortazione-ap_20160319_amoris-laetitia.html

sábado, 19 de marzo de 2016

BENEDICTO XVI: «ES LA MISERICORDIA LO QUE NOS MUEVE HACIA DIOS»




Por Andrea Tornielli

Ciudad del Vaticano, 16 de marzo de 2016 


Se publicó en un libro la entrevista del teólogo jesuita Jacques Servais con el Papa emérito: «Solo allí en donde hay misericordia acaba la crueldad, acaban el mal y la violencia. El Papa Francisco se encuentra completamente en sintonía con esta línea. Su práctica pastoral se expresa justamente en el hecho de que él nos habla continuamente de la misericordia de Dios»


«Para mí es un ‘signo de los tiempos’ el hecho de que la idea de la misericordia de Dios sea cada vez más central y dominante». Palabra de Benedicto XVI. Llega a las librerías el volumen “Por medio de la fe. Doctrina de la justificación y experiencia de Dios en la predicación de la Iglesia” (San Pablo, 199 pp., 20 euros), editado por el jesuita Daniele Libanori y en el que se incluyen las actas de un congreso teológico que se llevó a cabo en Roma en octubre del año pasado. En esa sede, fue leído por el arzobispo Georg Gänswein el texto de una entrevista con Joseph Ratzinger del teólogo jesuita Jacques Servais sobre «qué es la fe y cómo se llega a creer». En esa entrevista Benedicto XVI citó a su sucesor y habló generosamente sobre la misericordia.

En una primera respuesta, Ratzinger insistió en lo que es la Iglesia y en el hecho de que la Iglesia no fue creada por sí misma. «Se trata de la cuestión: qué es la fe y cómo se llega a creer. Por una parte, la fe –explicó el Papa emérito– es un contacto profundamente personal con Dios, que me toca en mi tejido más íntimo y me pone frente al Dios viviente en absoluta inmediatez para que yo pueda hablarle, amarlo y entrar en comunión con Él. Pero al mismo tiempo, esta realidad completamente personal se relaciona inseparablemente con la comunidad: forma parte de la esencia de la fe introducirme en el ‘nosotros’ de los hijos de Dios, en la comunidad peregrinante de los hermanos y hermanas. La fe deriva de la escucha (“fides ex auditu”), nos enseña san Pablo. La escucha a su vez implica siempre una compañía. La fe no es un producto de la reflexión y tampoco es tratar de penetrar en las profundidades de mi ser. Ambas cosas pueden estar presentes, pero son insuficientes si la escucha, mediante la cual Dios, desde fuera, a partir de una historia que Él mismo creó, me interpela. Para que yo pueda creer necesito testigos que hayan encontrado a Dios y lo hagan accesible para mí».

«La Iglesia no fue hecha por sí misma –insiste Ratzinger–, fue creada por Dios y es continuamente formada por Él. Esto se expresa en los sacramentos, sobre todo en el del bautismo: yo entro a la Iglesia no con un acto burocrático, sino mediante el sacramento. Y esto equivale a decir que yo soy recibido en una comunidad que no fue originada por sí misma y que se proyecta más allá de sí misma. La pastoral que pretende formar la experiencia espiritual de los fieles debe proceder a partir de estos datos fundamentales. Es necesario que abandone la idea de una Iglesia que se produce a sí misma y debe resaltar que la Iglesia se convierte en una comunidad en la comunión con el cuerpo de Cristo. Debe introducir al encuentro con Jesucristo y llevar a Su presencia en el sacramento».

Respondiendo a otra pregunta, el Papa emérito habló sobre la centralidad de la misericordia. «El hombre de hoy tiene la sensación general de que Dios no puede dejar que la mayor parte de la humanidad caiga en la perdición. En este sentido, la preocupación por la salvación típica de un tiempo ha casi desaparecido. Sin embargo, en mi opinión, sigue existiendo, de otra manera, la percepción de que nosotros necesitamos la gracia y el perdón. Para mí es un ‘signo de los tiempos’ que la idea de la misericordia de Dios sea cada vez más central y dominante (empezando por sor Faustina, cuyas visiones reflejan de diferentes maneras la imagen de Dios propia del hombre de hoy y su deseo de la bondad divina)».

«Papa Juan Pablo II –continuó Ratzinger– estaba profundamente impregnado de este impulso, aunque no siempre surgiera explícitamente. Pero no es casual que su último libro, que salió a la luz inmediatamente antes de su muerte, hable sobre la misericordia de Dios. A partir de las experiencias en las que desde los primeros años de su vida constató toda la crueldad de los hombres, él afirma que la misericordia es la única verdadera y la última reacción eficaz contra la potencia del mal. Solo allí en donde hay misericordia acaba la crueldad, acaban el mal y la violencia».




«Papa Francisco –continuó Benedicto XVI citando a su sucesor– se encuentra completamente en sintonía con esta línea. Su práctica pastoral se expresa justamente en el hecho de que él nos habla continuamente de la misericordia de Dios. Es la misericordia lo que nos mueve hacia Dios, mientras que la justicia nos espanta. Según mi opinión, resaltar que bajo la capa de la seguridad de sí y de la propia justicia, el hombre de hoy esconde un profundo conocimiento de sus heridas y de su integridad ante Dios. Él está esperando la misericordia. No es casual que la parábola del Buen samaritano sea tan atractiva para los contemporáneos. Y no solo porque en ella se subraye fuertemente el elemento social de la existencia cristiana, ni solo porque en ella el samaritano, el hombre no religioso, frente a los representantes de la religión, se muestra, por decirlo así, como aquel que actúa de manera verdaderamente conforme a Dios, mientras que los representantes oficiales de la religión se rindieron, por decirlo así, inmunes en relación con Dios».


«Está claro que esto le gusta al hombre moderno –observó Benedicto XVI. Sin embargo, me parece también importante que los hombres en su intimidad esperen que el samaritano acuda para ayudarlos, que él se incline sobre ellos, derrame aceite sobre sus heridas, los cuide y los ponga al reparo. Ellos saben que necesitan la misericordia de Dios y su delicadeza. En la dureza del mundo de la técnica, en el que los sentimientos ya no cuentan nada, aumenta la esperanza de un amor salvífico que sea dado gratuitamente. Me parece que en el tema de la misericordia divina se expresa de manera nueva lo que significa la justificación de la fe. A partir de la misericordia de Dios, que todos buscan, es posible, incluso en el presente, interpretar desde el principio el núcleo fundamental de la doctrina de la justificación, y mostrarlo en toda su relevancia».


Fuente:
http://www.lastampa.it/2016/03/16/vaticaninsider/es/especial/jubileo-2015/benedicto-xvi-es-la-misericordia-lo-que-nos-mueve-hacia-dios-X1nBc2KHCBJ65tclu58iiP/pagina.html?utm_source=dlvr.it&utm_medium=facebook

martes, 15 de marzo de 2016

MÉXICO; LA VERDAD TRAS EL «DESDE LA FE-GATE»



Las razones hasta ahora desconocidas por las cuales el Papa Francisco pidió a los obispos mexicanos “pelear como hombres” y “decirse las cosas de frente”. Con un protagonista: el cardenal Norberto Rivera Carrera


Andrés Beltramo Álvarez*

Ciudad del Vaticano 13 de marzo de 2016

En México ya lo llaman el “Desde la fe-gate”. Un escándalo mediático abierto por un editorial del semanario que lleva ese título. El texto pretendió dar una nueva lectura al discurso de Francisco a los obispos mexicanos del 13 de febrero pasado. Y denunció que el Papa se equivocó, porque fue “mal aconsejado”. Pero cuando el pontífice habló de “peleas” entre los pastores y les instó a “decirse las cosas en la cara”, lo hizo tras semanas de alta tensión. Confrontaciones internas reales con un protagonista: el cardenal Norberto Rivera Carrera.

La nota apareció en “Desde la fe” el 6 de marzo. Inmediatamente fue interpretada por los periodistas –en Roma y en México- como un mensaje directo contra el líder católico. Sobre todo porque centró su crítica en una frase improvisada de aquel mensaje al episcopado, en la cual Bergoglio asentó: “Si tienen que pelearse, peléense; si tienen que decirse cosas, se las digan; pero como hombres, en la cara, y como hombres de Dios que después van a rezar juntos. Y si se pasaron de la raya, a pedirse perdón, pero mantengan la unidad del cuerpo episcopal”.

Para la editorial, esas palabras no constituyeron un regaño del Papa a los obispos sino la “solícita urgencia para actuar con audacia evangélica” contra “las propuestas alienantes que quieren arrinconar a la Iglesia”. Denunció la existencia de una “mano de la discordia” que intentó “demeritar el trabajo de los obispos mexicanos”. Y sentenció: “¿Quién mal aconsejó al Papa?”. Pero la realidad no da la razón a esas argumentaciones.

“Desde la fe” es el órgano de información de la Arquidiócesis primada de México. Sus artículos nunca pasan desapercibidos. En el pasado quedaron en medio de intensas polémicas públicas. En especial sus editoriales, que siempre toman posición política o eclesiástica. Son textos no firmados y eso, en periodismo, significa una sola cosa: el contenido manifiesta la postura del responsable de la publicación, es decir la arquidiócesis y su cabeza, el arzobispo.

Pero el portavoz Hugo Valdemar sostiene lo contrario. Dice que esos escritos no responden al cardenal Rivera, sino a un Consejo Editorial. Y que el purpurado nada tiene que ver con las opiniones allí vertidas. Aunque existen pruebas que demuestran lo contrario. Una de ellas tiene que ver con la visita del Papa a México.

El 8 de noviembre de 2015 el semanario anticipó, en una nota sin firma, casi por completo la agenda del viaje apostólico de Francisco al país. Pero para esa fecha sólo unas cuantas personas conocían los detalles del itinerario. Una de estas era el propio Rivera.

Aquella publicación contravino indicaciones directas del Vaticano de no dar a conocer ningún dato de la visita hasta el 12 de diciembre, cuando Francisco la anunciaría de manera oficial durante una misa para la Virgen de Guadalupe en la Basílica de San Pedro.

Ese fue sólo un episodio de una larga lista de altercados que elevaron la tensión en torno al viaje papal y fueron protagonizados por Rivera Carrera. Un ejemplo: aunque todas las partes habían convenido no difundir datos reservados sobre la gira, el propio arzobispo de México reveló la fecha de llegada del líder católico, el 12 de febrero por la tarde. Lo hizo en el sermón de su misa dominical del 1 de noviembre de 2015, en la Catedral metropolitana.

Ese anuncio extemporáneo molestó también a la Presidencia mexicana, que estaba al margen de la disputa interna eclesiástica. Apenas tres días después, el miércoles 4, Rivera Carrera apareció de repente en una reunión privada entre los organizadores de la visita, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), y las autoridades competentes del gobierno federal.

A esa cita el cardenal no había sido invitado, pero finalmente pudo participar. Supo por boca del aún organizador de los viajes papales, Alberto Gasbarri, la agenda pontificia tentativa y también oyó la petición estricta de no difundir detalle alguno hasta el anuncio oficial del Papa. Cuatro días más tarde, buena parte de esa información fue publicada en “Desde la fe” (08.11.2015).

Lo que nunca aceptó Rivera fue perder el control de la visita papal en su diócesis y eso quedó de manifiesto en otra editorial del mismo semanario que lamentó “el protagonismo de responsables” que “concentraron demasiadas funciones” poniendo en riesgo la efectiva preparación “que debería haber correspondido a cada una de las diócesis visitadas”(21.02.2016).

Un malestar que pareció dirigirse contra el nuncio apostólico Christophe Pierre y el secretario general del episcopado, Eugenio Lira Rugarcía, responsable último del viaje apostólico. Pero ellos actuaron con el acuerdo directo de Francisco, que ya había aclarado que “si no fuera por la Virgen de Guadalupe no iba a la Ciudad de México” (01.12.2015).

En su contrariedad el cardenal exigió le fuesen entregados todos los billetes para la misa pontificia en la Basílica de Guadalupe, de la cual es legítimo custodio. Pero desde Roma se le aclaró que ese era un encuentro del Papa con el pueblo de México. Y, por lo tanto, tocó al comité central gestionar los accesos y distribuirlos entre todas las diócesis del país.

Además el purpurado no quedó contento con la elección del hospital pediátrico “Federico Gómez” para el recorrido de Francisco. Y tampoco le cayó bien la cancelación del encuentro con el mundo de la cultura en el Auditorio Nacional, que él había propuesto para la tarde del domingo 14 de febrero. Una decisión exclusiva de Jorge Mario Bergoglio.

En respuesta, llegó a “bloquear” a personas de la organización oficial, para después “desbloquearlas” tras tensas reuniones, e incluso retuvo copia de su discurso en la catedral, que no estuvo disponible para los periodistas con anterioridad (como es costumbre).

A la luz de todos estos episodios ahora resulta claro por qué el Papa instó a los obispos de México a rechazar las “habladurías e intrigas”, los “vanos proyectos de carrera”, los “vacíos planes de hegemonía” y los infecundos “clubes de intereses o de consorterías”.

Pero detrás de estos chispazos mediáticos se esconden otras situaciones clave para el futuro de la Iglesia mexicana. En abril próximo se renovará toda la directiva de la Conferencia del Episcopado. En junio de 2017 Norberto Rivera cumplirá 75 años y deberá presentar su renuncia –obligada por límite de edad- al puesto de arzobispo. Mientras Pierre está pronto a un traslado, tras nueve años como nuncio en el país. Todo indica que será promovido a una de las embajadas vaticanas más prestigiosas del mundo, la de Washington.


* Argentino, corresponsal en Roma de la agencia mexicana Notimex y de Radio La Red de Buenos Aires. Escribe para Vatican Insider de La Stampa de Turín.

jueves, 18 de febrero de 2016

LA ENTREVISTA ENTRE EL PATRIARCA KIRILL Y EL PAPA FRANCISCO



El Papa Francisco, de 79 años, tras 11 horas de vuelo, desembarcó con buen ánimo en el aeropuerto internacional José Martí, en La Habana. El sentir de Francisco se podía constatar en el Twitter de su cuenta Pontifex, publicado durante el vuelo: “Hoy es un día de gracia. Es un regalo de Dios este encuentro con el Patriarca Kirill. Recen por nosotros”.

El presidente cubano, Raúl Castro, le esperaba al pie de la escalerilla, junto con dignatarios civiles y religiosos de la isla. Su encuentro en la sala presidencial del aeropuerto fue breve y rápidamente pasó a la reunión privada con el Patriarca Cirilo (Kirill) de Moscú.



El momento y lugar correcto


Los dos líderes cristianos se estrecharon las manos, se besaron tres veces y Kirill preguntó por el vuelo, comentando que "hoy por hoy las distancias largas no son realmente barreras". "Siento que nos encontramos en el momento correcto y el lugar correcto", dijo el jerarca ruso. Francisco respondió: "Doy gracias a la Santa Trinidad por haber tenido esta posibilidad". Expresó que esperaba el encuentro "de corazón". 

El Patriarca comentó: "Me pareció que esto podría haber sucedido antes, pero los acontecimientos de los últimos años han creado ciertas dificultades, pero pese a las circunstancias difíciles hoy tenemos la posibilidad de hablar" (refiriéndose probablemente a la guerra en Ucrania). El Patriarca insistió: "Una vez más quiero subrayar que esto [la reunión] ha sucedido por la voluntad de Dios". Y dejó caer a la prensa rusa (se ve en el portal ortodoxo Pravmir.ru) que "no hay ningún impedimento por ninguna de las partes para que haya más encuentros".

Un documento de 30 puntos


Después se reunieron en privado durante dos horas. Sobre la mesa tenían un documento largo, de varias páginas, en italiano y en ruso, que las diplomacias eclesiales de Roma y Moscú han estado trabajando durante mucho tiempo y que aún el pasado miércoles recibía modificaciones, según admitió el metropolita Hilarión, responsable de relaciones exteriores de la Iglesia Ortodoxa Rusa. El documento tiene 30 puntos, habla de la unidad en 5 ocasiones y se titula según 2 Cor 13,13: "Que la gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios Padre y la participación del Espíritu Santo estén con vosotros".

Al acabar la reunión, el Papa y el Patriarca se presentaron para firmar en público la declaración en italiano y en ruso. Lo hicieron acompañando la firma con un abrazo.



Discurso del Patriarca: cooperar, por el bien de la humanidad


Después, habló el Patriarca: "Durante dos horas hemos sostenido una discusión abierta y fraterna, con pleno entendimiento de la responsabilidad de nuestras iglesias y de nuestro pueblo creyente por el futuro del cristianismo y por el futuro de la civilización humana. Fue una conversación con mucho contenido que nos dio la oportunidad de entender y sentir las posiciones de uno y otro. El resultado es que hoy las dos iglesias pueden cooperar para defender a los cristianos de todo el mundo. Trabajar conjuntamente para que no haya guerra, para que la vida humana se respete en todo el mundo y se fortalezcan los valores de la moral personal, familiar y social y que a través de la participación de la iglesia en la vida social sea glorificado el santísimo nombre de Jesucristo y el Espíritu Santo".

Como se ve, Kirill no usó en ningún momento la palabra "unidad", y se centró en hablar de "trabajo conjunto" para defender a los cristianos. No menciona al Islam o el yihadismo, sino a "la moral social" y "la participación de la Iglesia en la vida social". Y este trabajo debe beneficiar al "futuro de la civilización humana". 

Francisco habló de los "deseos de unidad" de Kirill



El contrario, el Papa Francisco, en su alocución, sí mencionó 3 veces la palabra unidad. Estas son las palabras de Francisco: "Hablamos como hermanos. Tenemos el mismo bautismo. Somos obispos. Coincidimos en que la unidad se hace caminando. Hablamos claramente, sin medias palabras. Yo le confieso que he sentido la consolación del Espíritu en este diálogo. Agradezco la humildad de Su Santidad, humildad fraterna y sus buenos deseos de unidad. Hemos emprendido una serie de iniciativas que creo que son viables y se podrán realizar. Por eso quiero agradecer a Su Santidad su benévola acogida". 

El Papa después dio gracias a los gestores diplomáticos del encuentro (el cardenal Koch y el metropolita Hilarión). Y a continuación, bajo la mirada divertida del Patriarca ruso, añadió:

"No quiero irme sin dar un sentido agradecimiento a Cuba, al gran pueblo cubano y a su presidente, aquí presente. Agradezco su disponibilidad activa. Si sigue así, Cuba será la capital de la unidad. Y que todo esto sea para gloria de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, para el bien del santo pueblo fiel de Dios bajo el manto de la Santa Madre de Dios". 

Tras la firma, ambos jerarcas saludaron a los integrantes de cada séquito y a los miembros del episcopado cubano allí presentes y entregaron algunos regalos. Raúl Castro, que estaba apenas un poco retirado detrás del Patriarca, también recibió saludos de algunos miembros de cada séquito. 

Terminado el acto se retiraron; al Papa le quedaban aún unas horas hasta México.


Fuente: http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=kirill-hablo-de-entendimiento-por-el-cristianismo-y-la-humanidad-francisco-47750


Declaración conjunta del Papa Francisco y del Patriarca Kiril de Moscú y Toda Rusia




“Que la gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la participación del Espíritu Santo estén con todos vosotros” (2 Corintios 13,13).

1. Por la voluntad de Dios Padre, de quien procede todo don, en el nombre de Nuestro Señor Jesucristo, con la ayuda del Espíritu Santo Consolador, nosotros, Francisco, Papa y Obispo de Roma, y Kiril, Patriarca de Moscú y Toda Rusia, reunimos hoy en La Habana. Damos gracias a Dios, glorificado en la Santísima Trinidad, por este encuentro, el primero en la historia.

Con alegría, nos reunimos como hermanos en la fe cristiana que se encontraron para “hablar… personalmente” (2 Juan, 12), de corazón a corazón, y discutir las relaciones mutuas entre las Iglesias, los problemas palpitantes de nuestro rebaño y las perspectivas del desarrollo de la civilización humana.

2. Nuestro encuentro fraterno se llevó a cabo en Cuba, en la encrucijada entre el Norte y el Sur, el Este y el Oeste. Desde esta isla, un símbolo de esperanza del Nuevo Mundo y de los dramáticos acontecimientos de la historia del siglo XX, dirigimos nuestras palabras a todas las naciones de América Latina y de otros continentes.

Nos alegra el hecho de que hoy en día aquí la fe cristiana evoluciona dinámicamente. El potencial religioso de gran alcance en América Latina, sus tradiciones cristianas multiseculares, manifestadas en la experiencia personal de millones de personas, son clave para un gran futuro de esta región.

3. Al reunirnos a distancia de las antiguas disputas del Viejo Mundo, sentimos muy fuertemente la necesidad de colaboración entre los católicos y los ortodoxos, que deben estar siempre preparados para responder a cualquiera que les pida razón de la esperanza (1 Pedro 3, 15).

4. Damos gracias a Dios por los dones que hemos recibido a través de la venida al mundo de su Hijo Unigénito. Compartimos la Tradición espiritual común del primer milenio del cristianismo. Los testigos de esta Tradición son la Santísima Madre de Dios, la Virgen María, y los santos a quienes veneramos. Entre ellos están innumerables mártires que mostraron su fidelidad a Cristo y se convirtieron en “la semilla de cristianos”.

5. A pesar de tener la Tradición común de diez primeros siglos, los católicos y los ortodoxos, durante casi mil años, están privados de comunicación en la Eucaristía. Permanecimos divididos dado a las heridas causadas por los conflictos del pasado lejano y reciente, por las diferencias heredadas de nuestros antepasados, en la comprensión y la explicación de nuestra fe en Dios, un ser único que existe como tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Lamentamos la pérdida de la unidad, que era una consecuencia de la debilidad y la pecaminosidad humana, que se produjo a despecho de la oración del Primer Sacerdote, Cristo Salvador: “Te pido que todos ellos estén unidos; que como tú, Padre, estás en mí y yo en ti, también ellos estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste” (Juan 17, 21).

6. Conscientes de muchos obstáculos que hay que superar, esperamos que nuestro encuentro contribuya a la obtención de la unidad mandada por Dios, por la que Cristo había rezado. Que nuestro encuentro inspire a los cristianos de todo el mundo para invocar con el nuevo fervor al Señor, orando sobre la plena unidad de todos sus discípulos. Que ésta, en el mundo que espera de nosotros no sólo palabras, sino acciones, sea un signo de esperanza para todas las personas de buena voluntad.

7. Teniendo firmeza en hacer todo lo necesario para superar las diferencias históricas heredadas por nosotros, queremos reunir nuestros esfuerzos a fin de dar testimonio del Evangelio de Cristo y del patrimonio común de la Iglesia del primer milenio, respondiendo conjuntamente a los desafíos del mundo moderno. Los ortodoxos y los católicos deben aprender a llevar el testimonio común de la verdad en aquellas áreas, en las que es posible y necesario. La civilización humana ha entrado en un período de cambios epocales. La conciencia cristiana y la responsabilidad pastoral no nos permiten que permanezcamos indiferentes ante los desafíos que requieren una respuesta conjunta.

8. Nuestra atención está dirigida principalmente hacia aquellas regiones del mundo donde los cristianos están sometidos a persecución. En muchos países de Oriente Medio y África del Norte, se exterminan familias completas de nuestros hermanos y hermanas en Cristo, pueblos y ciudades enteros habitados por ellos. Sus templos están sometidos a la destrucción bárbara y a los saqueos, los santuarios – a la profanación, los monumentos – a la demolición. En Siria, Irak y otros países de Oriente Medio observamos con dolor el éxodo masivo de cristianos de la tierra donde nuestra fe comenzó a extenderse, y donde ellos vivían a partir de los tiempos apostólicos, junto con otras comunidades religiosas.

9. Hacemos un llamamiento a la comunidad internacional a tomar medidas inmediatas para evitar un mayor desplazamiento de los cristianos de Oriente Medio. Levantando nuestras voces en defensa de los cristianos perseguidos, también solidarizamos con sufrimientos de seguidores de otras tradiciones religiosas, que se han convertido en víctimas de la guerra civil, el caos y la violencia terrorista.

10. En Siria e Irak esta violencia ha cobrado miles de vidas, dejando sin hogares y medios de vida a unos millones de personas. Hacemos un llamamiento a la comunidad internacional a unirse para poner fin a la violencia y al terrorismo y al mismo tiempo, a través del diálogo, a contribuir a la pronta obtención de la paz civil. Se requiere una ayuda humanitaria de gran escala para el pueblo que sufre, y para muchos refugiados en los países vecinos.

Solicitamos a todos los que pueden, influir en el destino de todos los secuestrados, incluyendo a los Metropolitas de Alepo, Pablo y Juan Ibrahim, capturados en abril de 2013, para hacer todo lo necesario a fin de su pronta liberación.

11. Enviamos oraciones a Cristo, Salvador del mundo, sobre el establecimiento en suelo de Oriente Medio de la paz, que es producto de la justicia (Isaías 32, 17), sobre el fortalecimiento de la convivencia fraterna entre diversos pueblos, Iglesias y religiones situados en esta tierra, sobre el regreso de los refugiados a sus casas, sobre la curación de los heridos y el reposo de almas de las víctimas inocentes.

Dirigimos a todas las partes que puedan estar involucradas en los conflictos, un ferviente llamamiento para manifestar buena voluntad y llegar a la mesa de negociación. Al mismo tiempo, es necesario que la comunidad internacional haga todos los esfuerzos posibles para poner fin al terrorismo mediante acciones comunes, conjuntas y sincronizadas. Hacemos un llamamiento a todos los países involucrados en la lucha contra el terrorismo, a las acciones responsables y prudentes. Hacemos un llamado a todos los cristianos y a todos los creyentes en Dios para rezar al Señor Creador y Providente que cuida el mundo, que guarde su creación de la destrucción y no permita una nueva guerra mundial. Para que la paz sea duradera y fiable, se requieren esfuerzos especiales destinadas al regreso a los valores comunes, que nos unen, basados en el Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo.

12. Admiramos la valentía de aquellos que entregan sus vidas por haber dado testimonio de la verdad del Evangelio, prefiriendo la muerte ante la abjuración de Cristo. Creemos que los mártires de nuestros tiempos, procedentes de diferentes Iglesias, pero unidos por un sufrimiento común, son la clave para la unidad de los cristianos. A vosotros, los que sufren por Cristo, dirige su palabra el Apóstol del Señor: “Queridos hermanos,… alegraos de tener parte en los sufrimientos de Cristo, para que también os llenéis de alegría cuando su gloria se manifieste” (1 Pedro 4, 12-13).

13. En esta época turbadora se necesita el diálogo interreligioso. Las diferencias en comprensión de las verdades religiosas no deben impedir que las personas de diversas religiones vivan en paz y armonía. En las circunstancias actuales, los líderes religiosos tienen una responsabilidad especial por la educación de su rebaño en el espíritu de respeto por las creencias de aquellos que pertenecen a otras tradiciones religiosas. Los intentos de justificar actos criminales por consignas religiosas son absolutamente inaceptables. Ningún crimen puede ser cometido en el nombre de Dios, “porque Dios es Dios de paz y no de confusión” (1 Corintios 14, 33).

14. Atestiguando el alto valor de la libertad religiosa, damos gracias a Dios por el renacimiento sin precedentes de la fe cristiana que ahora se lleva a cabo en Rusia y muchos países de Europa del Este, donde por décadas han gobernado regímenes ateos. Hoy en día, las cadenas del ateísmo militante cayeron, y en muchos lugares los cristianos son libres de profesar su fe. Durante un cuarto de siglo, aquí se erigieron decenas de miles de nuevos templos, se abrieron cientos de monasterios y escuelas teológicas. Las comunidades cristianas realizan amplias actividades caritativas y sociales, prestando diversa asistencia a los necesitados. Los ortodoxos y los católicos a menudo trabajan hombro con hombro. Ellos defienden la base espiritual común de la sociedad humana, dando testimonio de los valores evangélicos.

15. Al mismo tiempo, nos preocupa la situación que tiene lugar en tantos países, donde los cristianos enfrentan cada vez más la restricción de la libertad religiosa y del derecho a dar testimonio sobre sus creencias y a vivir de acuerdo con ellas. En particular, vemos que la transformación de algunos países en las sociedades secularizadas, ajenas de cualquier memoria de Dios y su verdad, implica una grave amenaza para la libertad religiosa. Estamos preocupados por la limitación de los derechos de los cristianos, por no hablar de la discriminación contra ellos, cuando algunas fuerzas políticas, guiadas por la ideología del secularismo que en numerosos casos se vuelve agresivo, tienden a empujarles a los márgenes de la vida pública.

16. El proceso de la integración europea, que comenzó después de siglos de conflictos sangrientos, fue acogido por muchas personas con esperanza, como prenda de paz y seguridad. Al mismo tiempo, advertimos en contra de aquella clase de integración que no respeta la identidad religiosa. Respetamos la contribución de otras religiones a nuestra civilización, pero estamos convencidos de que Europa debe mantener la fidelidad a sus raíces cristianos. Hacemos un llamamiento a los cristianos en Europa Occidental y Europa Oriental a unirse a fin de dar testimonio conjunto sobre Cristo y el Evangelio, para que Europa mantenga su alma formada por dos mil años de la tradición cristiana.

17. Nuestra atención está destinada a las personas que se encuentran en una situación desesperada, viven en la pobreza extrema en el momento en que la riqueza de la humanidad está creciendo. No podemos permanecer indiferentes al destino de millones de migrantes y refugiados que tocan a las puertas de los países ricos. El consumo incontrolado, típico para algunos estados más desarrollados, agota rápidamente los recursos de nuestro planeta. La creciente desigualdad en la distribución de bienes terrenales, aumenta el sentido de la injusticia del sistema de las relaciones internacionales que se está implantando.

18. Las Iglesias cristianas están llamadas a defender exigencias de la justicia, del respeto a las tradiciones nacionales y de la solidaridad efectiva con todos los que sufren. Nosotros, los cristianos, no debemos olvidar que “para avergonzar a los sabios, Dios ha escogido a los que el mundo tiene por tontos; y para avergonzar a los fuertes ha escogido a los que el mundo tiene por débiles. Dios ha escogido a la gente despreciada y sin importancia de este mundo, es decir, a los que no son nada, para anular a los que son algo. Así nadie podrá presumir delante de Dios” (1 Corintios 1, 27-29).

19. La familia es el centro natural de la vida de un ser humano y de la sociedad. Estamos preocupados por la crisis de la familia en muchos países. Los ortodoxos y los católicos, compartiendo la misma visión de la familia, están llamados a testificar acerca de la familia como de un camino hacia la santidad, que se manifiesta en la fidelidad mutua de los cónyuges, su disponibilidad para dar a luz a los niños y formarles, en la solidaridad entre las generaciones y el respeto hacia los enfermizos.

20. La familia es fundada sobre el matrimonio que es un acto libre y fiel de amor entre un hombre y una mujer. El amor fortalece su unión, les enseña a aceptar uno a otros como a un don. El matrimonio es la escuela del amor y de la fidelidad. Lamentamos que otras formas de convivencia se equiparan ahora con esta unión, y la visión de la paternidad y la maternidad como de especial vocación del hombre y de la mujer en el matrimonio, santificada por la tradición bíblica, se expulsa de la conciencia pública.

21. Hacemos un llamamiento a todos para respetar el derecho inalienable a la vida. Unos millones de bebés están privados de la propia posibilidad de aparecer a la luz. La sangre de los niños no nacidos pide a gritos a Dios que haga justicia. (Génesis 4, 10).

La divulgación de la así llamada eutanasia conduce al hecho de que los ancianos y enfermos comienzan a sentirse carga excesiva para su familia y la sociedad en conjunto.

Expresamos nuestra preocupación por el uso cada vez más extendido de las tecnologías biomédicas de reproducción, porque la manipulación de la vida humana es un ataque contra los fundamentos del ser de la persona creada a imagen de Dios. Consideramos que nuestro deber es hacer acordarse sobre la inmutabilidad de los principios morales cristianos, basados en el respeto por la dignidad de la persona que está destinada a la vida de acuerdo con el plan de su Creador.

22. Queremos hoy dirigir unas palabras especiales a la juventud cristiana. Vosotros, los jóvenes, no debéis esconder dinero en la tierra (Mateo 25, 25), sino usar todas las dotes dadas por Dios, para afirmar la verdad de Cristo en el mundo, realizar los mandamientos evangélicos del amor a Dios y al prójimo. No tengáis miedo de ir contra la corriente, defendiendo la verdad de Dios, con la que no siempre se ajustan las normas seculares modernas.

23. Dios os ama y espera de cada uno de vosotros que seáis sus discípulos y apóstoles. Sed la luz de este mundo, para que otros, viendo el bien que hacéis, alaben todos a vuestro Padre que está en el cielo (Mateo 5, 14-16). Educad a los niños en la fe cristiana para entregarles la perla preciosa de la fe (Mateo 13, 46) que recibisteis de vuestros padres y antepasados. No olvidéis que “Dios os ha comprado por un precio” (1 Corintios 6, 20), el precio de la muerte en la cruz de Dios Hombre, Jesucristo.

24. Los ortodoxos y los católicos están unidos no sólo por la Tradición común de la Iglesia del primer milenio, sino también por la misión de predicar el Evangelio de Cristo en el mundo contemporáneo. Esta misión requiere respeto mutuo entre los miembros de las comunidades cristianas, excluye cualquier forma del proselitismo.

No somos competidores, sino hermanos: debemos arrancar de este concepto ejecutando todas actividades relacionadas con nuestros lazos y contactos con el mundo exterior.

Instamos a los católicos y a los ortodoxos de todo el mundo para aprender a vivir juntos en paz, amor y armonía unos con otros (Romanos 15, 5). Es inaceptable el uso de medios incorrectos para obligar a los fieles a pasar de una Iglesia a otra, dejando de lado su libertad religiosa y sus propias tradiciones. Estamos llamados a poner en práctica el mandamiento de San Pablo Apóstol y “anunciar el evangelio donde nunca antes se había oído hablar de Cristo, para no construir sobre cimientos puestos por otros” (Romanos 15, 20).

25. Esperamos que nuestro encuentro contribuya a la reconciliación donde hay tensiones entre los greco-católicos y los ortodoxos. Hoy en día es obvio que el método de “la unión” de los siglos pasados que implica la unidad de una comunidad con la otra a costa de la separación de su Iglesia, no es la manera de restaurar la unidad. Al mismo tiempo, las comunidades eclesiásticas que han aparecido como resultado de circunstancias históricas tienen derecho a existir y hacer todo lo necesario para satisfacer menesteres espirituales de sus fieles, buscando la paz con sus vecinos. Los ortodoxos y los greco-católicos necesitan la reconciliación y la búsqueda de formas de convivencia mutuamente aceptables.

26. Lamentamos el enfrentamiento en Ucrania que ya cobró muchas vidas, causó sufrimientos innumerables a los civiles, hundió la sociedad en una profunda crisis económica y humanitaria. Hacemos un llamamiento a todas las partes del conflicto a tener prudencia, mostrar la solidaridad social y trabajar activamente para el establecimiento de la paz. Instamos a nuestras Iglesias en Ucrania a trabajar para lograr la armonía social, abstenerse de participar en la confrontación y de apoyar el desarrollo del conflicto.

27. Esperamos que la división entre los creyentes ortodoxos en Ucrania sea vencida sobre la base de las normas canónicas existentes, que todos los cristianos ortodoxos de Ucrania vivan en paz y armonía, y que las comunidades católicas del país contribuyan a ello, para que nuestra hermandad cristiana sea aún más evidente.

28. En el mundo de hoy, multifacético y al mismo tiempo unido por el destino común, los católicos y los ortodoxos están llamados a colaborar fraternamente para anunciar el Evangelio de la salvación, dar testimonio común de la dignidad moral y la auténtica libertad humana, “para que el mundo crea” (Juan 17, 21). Este mundo, en el que se están socavando rápidamente los fundamentos morales de la existencia humana, espera de nosotros el fuerte testimonio cristiano en todos los ámbitos de la vida personal y social. ¿Podremos en la época crucial dar testimonio conjunto del Espíritu de la verdad? De esto depende, en gran medida, el futuro de la humanidad.

29. Que Jesucristo, Dios Hombre, Nuestro Señor y Salvador, nos ayude en el anuncio valiente de la verdad de Dios y de la Buena Noticia de salvación. El Señor nos fortalece espiritualmente con su promesa infalible: “No tengáis miedo, pequeño rebaño, que el Padre, en su bondad, ha decidido daros el reino” (Lucas 12, 32).

Cristo es una fuente de alegría y de esperanza. La fe en él transfigura la vida del ser humano, la llena de significado. Lo han vivido por su propia experiencia todos aquellos de los que se puede decir con las palabras de San Pedro Apóstol: “Antes, ni siquiera erais pueblo, pero ahora sois pueblo de Dios; antes Dios no os tenía compasión, pero ahora tiene compasión de vosotros” (1 Pedro 2, 10).

30. Llenos de gratitud por el don de comprensión mutua que se manifestó en nuestra reunión, nos dirigimos con esperanza a la Santísima Madre de Dios, haciendo solicitud con las palabras de la antigua oración: “Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios”. Que la Santísima Virgen María con su amparo fortalezca la hermandad de todos que la veneran, para que ellos, en un momento determinado por Dios, se junten, en paz y concordia, en el único pueblo de Dios, ¡sea glorificado el nombre de la Trinidad Consustancial e Inseparable!


Francisco, Obispo de Roma, Papa de la Iglesia Católica

Kiril, Patriarca de Moscú y Toda Rusia

jueves, 11 de febrero de 2016

POR VEZ PRIMERA EN LA HISTORIA SE REÚNEN UN PAPA Y EL PATRIARCA DE TODAS LAS RUSIAS





Un largo camino a la unidad


Hasta Pío XII, la Iglesia Católica, mantuvo una posición de aislamiento <<esperando que los herejes y los cismáticos recuperasen la sensatez y los materialistas abandonarán su materialismo ateo. La Iglesia podía esperar, como había esperado antes… >>[1]

Pero en 1958 el viento del Espíritu empezó a soplar en otro sentido. Había que ir en busca de los herejes y cismáticos, con un espíritu de hermandad y humildad. Juan XXIII inauguró un movimiento ecuménico centrado en Roma y lo puso bajo la dirección de un secretariado encabezado por el jesuita y diplomático alemán el cardenal Bea.

Además aprovechando su encargo anterior de delegado apostólico en Turquía y Grecia cultivó una amistad con el patriarca ecuménico de Constantinopla, Atenágoras I, la cual fructificaría en el pontificado de su sucesor.

Pablo VI se reunió con el Patriarca Armenio y el Patriarca Ecuménico de Jerusalén. Posteriormente con el Patriarca Ecuménico de Constantinopla, Atenágoras I y el 7 de diciembre de 1965, ambos levantaron las excomuniones mutuamente otorgadas cinco siglos atrás. A partir de entonces se establecieron relaciones que se han estrechado cada vez más.


La lejana Tercera Roma


En la historia de la Iglesia Ortodoxa, se llamó “Segunda Roma” al Patriarcado de Constantinopla en los tiempos del Imperio Bizantino que era el más poderoso, hasta su dominación por los turcos en el año 1453 d. c. Fue entonces que Moscú asumió el papel de la llamada "Tercera Roma", como aglutinador de las iglesias ortodoxas.

La Iglesia Ortodoxa Rusa, muy ligada a los zares, sufrió la sustitución de esta casa imperial por otra: la de los soviets comunistas, para los que la religión era el “opio del Pueblo”. La Iglesia Ortodoxa fue perseguida y sobrevivió en las catacumbas. Por ello el acercamiento del vaticano no se podría dar, sino hasta el derrumbamiento del régimen comunista.

El gran sueño de Juan Pablo II fue que el patriarca Alexis II lo invitará a visitar Rusia, pero esto nunca ocurrió. Fue hasta la muerte de Alexis II, en 2008 cuando con el nuevo patriarca Kirill I (Cirilo en español) empezaron a cambiar las cosas. Podríamos decir que el Patriarca de Moscú y de todas las Rusias fue movido por el mismo Espíritu que inspiró a Juan XXIII, ya que abandonó el tradicional aislamiento de la Iglesia Ortodoxa Rusa y sorprendió con una visita a su ancestral enemigo Polonia.

En septiembre de 2009 el arzobispo Hilarión estuvo en Roma cinco días, como representante del nuevo Patriarca Ortodoxo ruso Kirill de Moscú. Y el 18 de septiembre de 2009, se encontró con Benedicto XVI durante casi dos horas, en Castel Gandolfo, el palacio de verano de los Papas situado a unos 30 km de Roma.



Vino la renuncia de Benedicto XVI y la elección del Papa Francisco. Parecía que los esfuerzos de acercamiento se habían cancelado, hasta que una nota periodística del día 5 de febrero de este año informó: <<Pese a que hace pocos días el servicio de prensa del Patriarcado de Moscú lo había negado a la agencia Interfax, una nota conjunta del Vaticano y el Patriarcado lo confirma ahora: Francisco se reunirá en Cuba con el Patriarca de Moscú y de Toda Rusia, Cirilo, el 12 de febrero […] Ambas partes lo consideran un "encuentro histórico" y dicen que ha sido "largamente preparado">>  (nada menos que por dos años).


Programa del histórico encuentro del 12 de febrero


El jueves, 11 de febrero el Patriarca Cirilo llegará a Cuba en su primera visita al continente americano en el marco de una gira que incluye Brasil, Chile y Paraguay

El Papa Francisco partirá de Roma el viernes 12 a las 7:45 horas y arribará en el aeropuerto José Martí de La Habana (Cuba), a las 14:00 horas. Quince minutos después se realizará el encuentro privado entre ambos líderes religiosos.

Luego del encuentro privado, a las 16:15 horas tendrá lugar el intercambio de regalos y diez minutos después se firmará una declaración conjunta. Luego el Papa Francisco y el Patriarca Kirill pronunciarán un discurso cada uno.

A las 17:00 horas será la presentación de delegaciones y media hora después el Santo Padre partirá hacia México, a donde llegará a las 19:30 horas.


¿Por qué Francisco y no Juan Pablo II o Benedicto XVI?


Razones de nacionalidad e históricas tiene que ver con esta decisión: tanto polacos como alemanes han estado a menudo en guerra con los rusos, pero los argentinos, no. Rusia siempre ha tenido admiración por la orden jesuita, a la que pertenece Francisco, quien además conoce bien el cristianismo oriental.

Influyen además, el recrudecimiento de la persecución a los cristianos en todo el mundo, la fluida relación de Francisco con el Patriarca Bartolomé de Constantinopla y la cercanía del Concilio Pan-Ortodoxo que se celebrará en Creta.



El Concilio Pan-Ortodoxo


Después de más de 1000 años, en el año de 2014 el Patriarca Bartolomé I de Constantinopla ha convocado a un Concilio Pan-ortodoxo. Se venía hablando de él hace 50 años y finalmente se dará con la participación de los líderes de todas las Iglesias ortodoxas autocéfalas. Tendrá lugar 19 de junio de este año, en la isla de Creta aprovechando la fiesta litúrgica del Pentecostés ortodoxo.

En la agenda de este Concilio Pan-Ortodoxo, esta la plena comunión con la Iglesia de Roma ya que la Iglesia Ortodoxa considera a los papas como los legítimos sucesores del apóstol San Pedro y también como “Patriarcas de la Iglesia de Oriente”. No obstante lo anterior, Benedicto XVI renunció a este título para facilitar el diálogo con las iglesias ortodoxas –hecho que en lugar de dividir, ha acercado más a ambas iglesias.



¿Cumplimiento de la profecía de la Virgen de Fátima?


La segunda parte de la profecía de la Virgen de Fátima revelada a los pastorcillos, el 13 de junio de 1917, establece lo siguiente: 





<<Visteis el infierno a donde van las almas de los pobres pecadores; para salvarlas, Dios quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón. Si se hace lo que os voy a decir, se salvarán muchas almas y tendrán paz. La guerra pronto terminará[2]. Pero si no dejaren de ofender a Dios, en el pontificado de Pío XI comenzará otra peor[3]. Cuando veáis una noche iluminada por una luz desconocida, sabed que es la gran señal que Dios os da de que va a castigar al mundo por sus crímenes, por medio de la guerra, del hambre y de las persecuciones a la Iglesia y al Santo Padre. Para impedirla, vendré a pedir la consagración de Rusia a mi Inmaculado Corazón y la Comunión reparadora de los Primeros Sábados. Si se atienden mis deseos, Rusia se convertirá y habrá paz; si no, esparcirá sus errores por el mundo, promoviendo guerras y persecuciones a la Iglesia. Los buenos serán martirizados y el Santo Padre tendrá mucho que sufrir; varias naciones serán aniquiladas. Por fin mi Inmaculado Corazón triunfará. El Santo Padre me consagrará a Rusia[4], que se convertirá, y será concedido al mundo algún tiempo de paz.>>

Es decir, Rusia fue consagrada por Juan Pablo II en 1984, cinco años después se derrumba estrepitosamente la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y con ella el régimen comunista y ateo, lo que trae un florecimiento de la religión ortodoxa.

Por lo que parece la “conversión” de Rusia se dará mediante el Ecumenismo, es decir, la integración paulatina entre las dos Iglesias, proceso cuyo tiempo solo Dios conoce, ya que puede tomar muchos años, dado que aún hay muchas resistencias por resolver, sobre todo en la parte Ortodoxa.



Jorge Pérez Uribe


Notas:
[1] Paul Johnson, La historia del cristianismo, Ediciones B, S. A., 2010, España
[2] Se refiere a la I Guerra Mundial
[3] Se refiere a la II Guerra Mundial
[4] La consagración válida fue hecha por Juan Pablo II, el 25 de marzo de 1984 (hubo dos consagraciones anteriores: una en 1942 por Pío XII y otra en 1982 por el mismo Juan Pablo II, pero al decir de la hermana Lucia –única vidente sobreviviente-, no fueron aceptadas por la Virgen.)