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lunes, 22 de agosto de 2022

ASÍ SE CREA UN NARCO-ESTADO


Venezuela pasó a ser narcoestado desde que se dio a las Fuerzas Armadas el papel de proteger los cargamentos de drogas que llegan de Colombia.



Pablo Hiriart | agosto 19, 2022

BOGOTÁ, Colombia.- Militarizar el país y abrir los brazos a los grandes cárteles del narcotráfico fue la manera en que Venezuela pasó de ser una democracia ejemplar a un narco-Estado miserable.

El amasiato entre poder político, poder militar y cárteles de las drogas hace que un inepto en la Presidencia sea imbatible.

Escribo esto a propósito del debate que hay en México acerca de militarizar la Guardia Nacional y los múltiples encargos dados a las Fuerzas Armadas, que no rinden cuentas a nadie por el velo de la ‘seguridad nacional’.

México no es un narco-Estado, pero si se avanza en la militarización del país, acompañada de cuatismo con el narco, nuestro destino será el de los venezolanos.

Cárteles de las drogas y Fuerzas Armadas al servicio de un proyecto político es la fórmula del veneno.

En Venezuela, el chavismo no va a entregar nunca el poder, así pierda 10 veces seguidas las elecciones.

Si cae el poder en manos de la oposición, todos los integrantes de ese complejo político-militar-criminal que gobierna Venezuela estarán en riesgo de ir a la cárcel.

Peor aún: serían extraditados porque tienen orden internacional de captura, por narcotráfico.

Tras la pérdida del poder, lo que viene para ellos es la extradición.

Venezuela pasó a ser narco-Estado desde que se dio a las Fuerzas Armadas el papel de proteger los cargamentos de drogas que llegan de Colombia, y que gerentes de los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación sacan del país gobernado por Maduro, vía aérea, hacia México.

Los protectores del traslado de drogas por el territorio venezolano son los militares, por lo que ganan fortunas, y para sobrevivir sólo tienen que impedir que gane la oposición.

Esa fue la clave del éxito chavista, para desgracia de los venezolanos de bien: militarizar, militarizar, militarizar, y poner a las Fuerzas Armadas al servicio de los narcos colombianos y de sus capataces mexicanos.

A los generales y altos oficiales de Venezuela se les conoce popularmente como ‘el cártel de los soles’, por sus insignias castrenses, pero en realidad no operan con la estructura de un cártel.

El ‘cártel de los soles’ es un revoltijo de autoridades del partido gobernante, Ejército, Marina, policías (militarizadas), servicios de inteligencia, comandos creados por el chavismo ‘para cuidar al pueblo’.

Sus cabezas son Diosdado Cabello –político y militar en retiro, compañero de Chávez en el intento de golpe de Estado–, el general Dimir Padrino –ministro de Defensa– y uno de los hombres más ricos del chavismo, exministro del Interior, exgobernador, Tareck el Aisam.

Todos ellos tienen orden de aprehensión en Estados Unidos, igual que el presidente Maduro.

Los militares venezolanos no necesitan ensuciarse las manos con el trasiego de la droga ni con embarcarla: sólo deben dejar hacer. También los gobernadores (del partido gobernante) tienen su rol y su tajada.

Quienes introducen la droga a Venezuela son las guerrillas colombianas, disidencias de las FARC y ELN. Disidencias, porque no se acogieron a los acuerdos de paz con el gobierno de Colombia y volvieron ‘al monte’ a matar y a traficar con drogas en nombre del pueblo, de Marx, de Lenin y de la sociedad sin clases.

Son grupos criminales binacionales. Una de las disidencias de las FARC, por ejemplo, tiene en Venezuela mil 900 hombres armados –según informes de militares colombianos–, que son protegidos por el régimen de Nicolás Maduro, en nombre de la patria grande de Bolívar.

Y el otro grupo disidente –que nunca quiso paz– tiene unos 5 mil guerrilleros en armas dentro de Colombia y en Venezuela.

Todos ellos, más el ELN (Ejército de Liberación Nacional), operan en Venezuela con la protección del ‘cártel de los soles’.

Los estados venezolanos que reciben el mayor volumen de cocaína para transportar a México son los de Táchira y Zulia.

Ambos están a tiro de piedra del Catatumbo colombiano, una de las regiones con mayor producción de coca y su derivado.

Táchira (Venezuela) es gobernado por Fredy Bernal, exjefe de la Policía Nacional y alto mando en los servicios de inteligencia de su país, que tiene los amarres con los líderes de las narcoguerrillas colombianas.

Y el estado de Zulia no sólo es importante por su inmensa riqueza petrolera, sino por ser caribeño: está inundado de pistas clandestinas desde donde salen los aviones con droga hacia México.

Los embarques son supervisados por gerentes de los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación. Gerentes, porque esos grupos criminales no han mandado a Colombia y a Venezuela a sus sicarios, sino a especialistas que cuidan la calidad del producto y el transporte.

Al militarizar Venezuela y abrir los brazos a las narcoguerrillas colombianas y a los grandes carteles mexicanos, todo el andamiaje de poder en ese país gana dinero.

Y si sueltan el poder, o se traicionan entre ellos, pierden la libertad.

No hay manera de sacarlos, aunque este año tengan (prospectivas 2022 del FMI) una inflación de 500 por ciento y sea el país más peligroso de América Latina (Mapa ABC internacional de la criminalidad).

Tampoco hay posibilidad de alternancia en el poder ni de respeto a los derechos humanos.

Ese es un narco-Estado, que nació de la militarización, permisividad con el narco y la obsesión de perpetuarse en el poder/.

https://www.elfinanciero.com.mx/opinion/pablo-hiriart/2022/08/19/asi-se-crea-un-narco-estado

sábado, 30 de noviembre de 2019

EL SOCIALISMO BUSCA RENACER Y ARRODILLAR UNA VEZ MÁS A AMÉRICA LATINA


Edición XIII del Foro de Sao Paulo en pleno auge, año 2007. (Efe)

López Obrador, en alianza con el futuro gobierno kirchnerista, podría perpetuar a Nicolás Maduro en el poder


Por Emmanuel Rincón | Sep 24, 2019

Qué México y Uruguay se hayan puesto del lado de la barbarie en las horas más aciagas de Venezuela no es para nada una casualidad si se tiene en cuenta el perfil ideológico de sus gobernantes. Ha pasado una década desde el apogeo absoluto del Foro de Sao Paulo, aquella congregación de partidos de izquierda convertidos en gobierno en América Latina, financiada en gran medida por los petrodólares de Venezuela bajo el mando de Hugo Chávez, cuyo despilfarro para financiar un proyecto político a escala internacional hoy pagan los venezolanos.

Los fundadores de este foro fueron Lula da Silva y el dictador cubano Fidel Castro en 1990. Este último fue uno de los mayores responsables en fomentar el cáncer socialista en América Latina.

Según las bases fundacionales del foro, este se constituyó para reunir esfuerzos de los partidos y movimientos de izquierda, para “debatir sobre el escenario internacional después de la caída del Muro de Berlín y las consecuencias del neoliberalismo en América Latina y el Caribe”.

Castro, quien empujó a su población a la pobreza, fue el eje fundamental del atentado contra la libertad del continente. Desde hace décadas su Gobierno totalitario financió y asesoró revoluciones guerrilleras armadas en las principales democracias de la región, como es el caso de Colombia, Venezuela y Nicaragua. Fue partícipe incluso de invasiones armadas en países africanos y asiáticos como Argelia, República Democrática del Congo, Siria, Angola y Etiopía. Además, intentó desestabilizar fallidamente a Panamá y a República Dominicana.

Inicios de la revolución cubana con Fidel Castro y el Che Guevara como máximos exponentes. (Archivo)

Tras años de fallidos intentos de intervenciones armadas, Castro encontró en Chávez a su aliado perfecto para financiar y expandir el cáncer socialista en América Latina, tal como se cuenta de manera detallada en el libro de Orlando Avendaño, Días de Sumisión. La llegada de Chávez al poder representó el ascenso del primer Gobierno de izquierda en décadas al continente, cuya cartera económica sirvió para afianzar el auge ideológico en la región y cumplir el sueño de los caudillos de Venezuela y Cuba (unificar América Latina bajo el yugo del socialismo). Producto de esto, en los años siguientes el Foro de Sao Paulo se fue llenando ya no de partidos, sino de Estados con representaciones partidistas.

En 2002 sería electo en Brasil, Lula da Silva (uno de los fundadores del foro), del Partido de los Trabajadores; en 2004 ganaría la presidencia en Uruguay Tabaré Vázquez, del Frente Amplio; seguiría Bolivia en el 2005 con la elección de Evo Morales por el Movimiento al Socialismo en Bolivia; Michelle Bachelet en el 2006, del Partido Socialista de Chile; ese mismo año Rafael Correa (Alianza País) en Ecuador y Daniel Ortega en Nicaragua (por segunda vez) (Frente Sandinista de Liberación Nacional) llegarían al poder. En los siguientes años los partidos de gobierno con representación en el Foro de Sao Paulo seguirían creciendo con la elección de Fernando Lugo en Paraguay por la Alianza Patriótica para el Cambio; Mauricio Funes, del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional, en El Salvador en 2009, y Ollanta Humala por el Partido Nacionalista de Perú en 2011. A esto se podría sumar el Gobierno argentino presidido por los Kirchner, que si bien no fueron miembros directos del foro, estuvieron alineados ideológica y económicamente con él, en especial con el Gobierno de Chávez y posteriormente con Nicolás Maduro.

En definitiva, fue Castro quién sembró en Chávez la semilla que cambiaría para siempre las dinámicas políticas del continente, reconduciendo al pasado y al fracaso a varios países de la región. Además, fueron cómplices en organismos internacionales de las aberraciones, fracasos económicos y represiones contra ciudadanos de países que ya han transmutado en tiranías, como es el caso de Venezuela, Nicaragua y Cuba.

Que el apogeo del foro se haya dado con la llegada de Chávez al poder y que el declive del mismo también se dé justo después de su muerte, no es para nada una casualidad. El comandante supo y pudo cohesionar en la región la bandera socialista debido al exceso de liquidez que le otorgaban las reservas de petróleo más grandes del planeta tierra. Con un barril de petróleo en más de 100 dólares durante casi la mayoría de su mandato, no existieron límites para el financiamiento de medidas populistas dentro y fuera de Venezuela, además de la compra de conciencias en países de América y el Caribe, que siempre supieron retornar favores en silencio cuando en los organismos internacionales se discutía sobre las violaciones contra los derechos humanos por parte de regímenes de izquierda.
Hugo Chávez, fallecido en el 2013, sigue siendo la imagen del PSUV y de la dictadura chavista. (Efe)

Tras el temprano fallecimiento de Chávez, producto de un cáncer, su legado quedó en manos de Maduro, a quien muchos quieren achacarle por completo la culpa del fracaso revolucionario en Venezuela, para intentar así aliviar de culpas al comandante, pero sobre todo al socialismo. Lo cierto es que cuando Maduro recibió el poder, ya se había ejecutado un quiebre que permitió anular el principio de la separación de los poderes. El estatismo ya había hecho de las suyas apoderándose de la propiedad privada para exprimirla y luego quebrarla, la empresa petrolera ya había sido destruida y saqueada, y todo el dinero recaudado en estas operaciones de saqueo fue repartido en bolsas de comida para la población y en el financiamiento de la extensión ideológica del socialismo en el continente, que lo único que dejó en Venezuela fue hambre, lágrimas, muerte, una economía devastada y ningún tipo de infraestructura.

Para poner en números el fracaso del socialismo en Venezuela, basta con decir que tras la llegada de Chávez al poder en 1998, Petróleos de Venezuela, Sociedad Anónima (PDVSA) producía 88 barriles diarios por empleado. En la actualidad, produce menos de 6 por trabajador, según datos ofrecidos por el economista José Toro Hardy. Con una nómina mucho menor, en aquel entonces PDVSA producía 3 279 000 barriles diarios, número muy superior a los aproximados 700 000 de hoy en día, de los cuales unos 100 000 son regalados a Cuba. Así, el resultado que arroja el declive de PDVSA se traduce en que en la actualidad la producción anual ronda los 255 500 000 barriles, a diferencia de los 1 196 835 000 barriles anuales de hace 20 años, una pérdida de producción de más del 80 % y billones de dólares.

La destrucción del motor financiero de Venezuela se ha reproducido en el remanente de sectores productivos del país: constructor, automotor, productor de alimentos, agricultor, textil, empresarial, turístico, financiero. Y así sucesivamente en todos los campos en los que la mano estatal ha intervenido quebrando por completo la economía, produciendo una hiperinflación histórica y llevando a Venezuela a convertirse en la mayor catástrofe migratoria de la historia de América Latina.

Dos dictaduras que dieron inicio el siglo pasado también pueden resultarnos útiles para evidenciar las diferencias producidas entre un gobierno socialista y uno capitalista. Al llegar Castro al poder, en 1959, Cuba contaba con condiciones sociales y económicas similares a las chilenas. En 1958 el producto interno bruto (PIB) de Cuba fue de 2 360 millones de dólares para una población de 6 631 000 habitantes y el de Chile fue de 2 580 millones para una población de 7 165 000 habitantes y un PPC de 360. En la actualidad el PIB de Chile se encuentra en 507 939 millones de dólares, en comparación a los 96 851 millones de dólares de Cuba en el 2017, los cuales fueron sus últimos datos oficiales.

Si bien es cierto que el terror a verse en el espejo de Venezuela ha agitado conciencias en el continente y ha permitido el retorno de gobiernos con líneas ideológicas de apoyo al libre mercado y el fortalecimiento de las economías, otra de las naciones más importantes, México, sucumbió ante el comunismo que recién aflora con Andrés Manuel López Obrador al mando, en otro país petrolero con una gran cartera monetaria capaz de financiar el auge del movimiento. Y ya es casi inminente la vuelta de Cristina Kirchner al poder en Argentina, lo que augura un continente que podría volver a teñirse de rojo muy pronto, situación que ayudaría a perpetuar a Maduro en el poder.

Con López Obrador renació la esperanza de la izquierda en América Latina. En sus primeros meses de gestión ha dejado ver muchas similitudes con el fallecido presidente Chávez. (Efe)

En la actualidad, Bolivia, Cuba, Nicaragua, Uruguay, México, Venezuela, Panamá, República Dominicana y Ecuador cuentan con gobiernos de izquierda (aunque las últimas dos naciones han retirado su apoyo a la dictadura de Maduro). Pero el peligro de una nueva ola expansionista de la miseria es latente. Esto tomando en cuenta el acecho del senador Gustavo Petro en Colombia (uno de los fieles seguidores de Chávez); el regreso a las armas de las FARC y el crecimiento exponencial del ELN, protegidos por la dictadura de Maduro; el retorno del kirchnerismo a Argentina y el lamentable escenario venezolano que no solo tiene a Maduro en el poder, sino que además cuenta con la tragedia de una mayoría de partidos opositores abiertamente socialistas, así como lo es también el hoy denominado presidente interino del país, Juan Guaidó, y su partido Voluntad Popular, que junto a Un Nuevo Tiempo y Acción Democrática son los miembros del G4 que hoy controlan la Asamblea Nacional y forman parte de las filas de la Internacional Socialista. El cuarto miembro del G4, Primero Justicia, que es el único partido que se considera de centro, pero cuyos jefes, como es el caso del excandidato presidencial Henrique Capriles, se han declarado admiradores del socialismo de Lula da Silva.

Los países claves que pueden definir los destinos geopolíticos de la región son Venezuela, México, Brasil, Chile, Argentina y Colombia en primer nivel, y podría incluirse a Cuba por su repercusión ideológica y estratégica. Brasil hoy parece estar a salvo, Chile es el único país de la región que ha logrado establecer instituciones lo suficientemente fuertes, que a pesar de gobiernos socialistas, no han podido dinamitar el sistema de economía libre implementado gracias al Gobierno autoritario, pero eficiente de Augusto Pinochet décadas atrás. Sin embargo, la caída de Argentina es inminente, lo que podría ocasionar nuevas alianzas con México para bloquear cualquier salida de la dictadura en Venezuela y jugar a desestabilizar Colombia con el asesoramiento de los cubanos, financiar a los partidos de izquierda en el resto de la región, para una vez más poner de rodillas al continente y resguardarse de presiones internacionales entre sí mismos.

A pesar de las presiones internacionales, hoy Maduro sonríe, pues ha logrado sostenerse en el poder, reprimiendo a su país con una dirigencia “opositora” puesta en entredicho en más de una ocasión, con una línea ideológica de izquierda y acusada por parte de la población venezolana de colaborar con el régimen de Maduro.

Guaidó en una marcha con miembros de su partido Voluntad Popular, inscrito en la Internacional Socialista. Foto: EFE.

El tiempo, para el dictador de Venezuela, es su mayor aliado. Cada día que pasa es oro puro para él y miseria, humillaciones, éxodo y muerte para los venezolanos. El régimen sigue expulsando día a día a venezolanos que se oponen a su Gobierno, lo que facilita su control del país. También se ha denunciado que, siguiendo las tácticas cubanas, ha propiciado el éxodo de delincuentes a los países de la región con el propósito de desestabilizarlos.

En definitiva, el socialismo va a la reconquista de América Latina, con López Obrador, Maduro y Díaz-Canel como punta de lanza, y si nadie los detiene, la crisis en América Latina será de proporciones gigantescas. Estados Unidos habrá perdido por completo el control de la región y ni todos los muros que quiera o pueda construir Donald Trump podrán frenar una estampida migratoria desde Centroamérica hacia un país que le sonríe cada vez más al socialismo instaurado al interior del Partido Demócrata.


jueves, 9 de mayo de 2019

CUBA Y VENEZUELA: MORIR MATANDO


Hugo Chávez y Fidel Castro. EFE
Maite Rico | 5 de mayo de 2019


Érase una vez un país muy pobre que logró dominar a un país muy rico. Se infiltró en todos sus rincones, desarticuló su sistema político y extrajo sus recursos. Poco a poco, el país rico fue sumergiéndose en la miseria y el caos, mientras el país pobre seguía exprimiéndolo


Podría ser un buen argumento para una serie de ficción distópica. Sin embargo, esto es lo que ocurre con Cuba y Venezuela. La isla arruinada por una dictadura comunista se hace con el control de la potencia petrolera, diez veces más grande y con el triple de población. Sobrevive 20 años gracias al petróleo que le bombea el régimen chavista. Y ahora que su anfitrión se desmorona, La Habana hace lo imposible por apuntalarlo, a costa de prolongar la agonía de los venezolanos. Como el parásito que está dispuesto a desangrar a su presa hasta matarla. 

Venezuela vive momentos decisivos, con una operación en marcha para restablecer la democracia. Un plan negociado entre Juan Guaidó, el presidente encargado, Estados Unidos y altas personalidades del régimen, que pasaría por enviar a Nicolás Maduro a una suerte de exilio dorado, como los sátrapas de rigor. Las noticias son confusas. Lo seguro es que Cuba está tratando de manera agónica de evitar el fin del chavismo. 

El viejo Fidel, mucho más listo que Hugo Chávez, vio en este militar iluminado la tabla de salvación del calamitoso régimen cubano 

Hay que reconocer que, con su extraña simbiosis, Cuba y Venezuela han marcado un hito inédito en la geopolítica mundial. Cuando llegó al poder, en 1999, Hugo Chávez se hincó de hinojos ante su héroe, Fidel Castro, en busca de su bendición para capitanear una revolución socialista continental. Y el viejo Castro, mucho más listo, vio en ese militar iluminado la tabla de salvación de su régimen calamitoso, la ubre a la que aferrarse tras el derrumbe de la URSS, que puso fin en 1990 a unas ayudas de 65.000 millones de dólares (cinco veces el Plan Marshall, con el que EEUU contribuyó a la reconstrucción de Europa tras la II Guerra Mundial). 

Chávez quería asesoría y Castro se la cobró muy cara, en petróleo y divisas. Y de paso infiltró Venezuela como un alien. Con la coartada de la venta de servicios profesionales, llenó el país de cubanos. Oficialmente, en 2013 había unos 45.000 cooperantes, sobre todo personal médico. Extraoficialmente, los funcionarios duplicaban la cifra. Miles de ellos en seguridad y defensa. Hoy La Habana controla el sistema de identificación y pasaportes, registros y notarías públicas, puertos, aeropuertos y puestos migratorios, y los sistemas informáticos del Gobierno, la policía y la petrolera estatal, PDVSA. El espionaje cubano, el G-2, tiene mando en plaza en los servicios de inteligencia venezolanos. Y los militares se reparten por los cuarteles y el Ministerio de Defensa. 

A cambio, La Habana ha estado recibiendo más de 100.000 barriles de petróleo cada día, y vendiendo el excedente a precios de mercado. Súmese a eso inversiones directas, subsidios y contratos millonarios. En total, unos 8.700 millones de euros al año. Fidel Castro logró el control de Venezuela, de la vida de Chávez, que murió en La Habana de un cáncer, y de su sucesor, el obtuso Maduro. 

Con este pacto endiablado, Cuba y Venezuela, el país pobre y el país rico, sellaron sus destinos. Con mucha peor suerte para Venezuela. 

Veamos: gracias a los consejos del castrismo, la economía venezolana se ha hundido sin remedio. Para este año, el FMI prevé una caída del PIB del 25%. La producción de crudo, que llegó a los tres millones de barriles diarios, se ha desplomado hasta los 732.000 barriles. Maduro saquea las reservas de oro del país: en lo que va de año, han retirado 24 toneladas del Banco Central, mientras los gerifaltes militares explotan ilegalmente las minas de oro, diamantes y coltán que venden a turcos, rusos, chinos y árabes. La opulenta Venezuela está hoy en alerta humanitaria. Hay desabastecimiento, apagones y falta de agua. 3,4 millones de personas han abandonado el país. Otros siete millones (25% de la población) necesitan asistencia, según la ONU. 

La Habana controla el sistema de identificación y pasaportes y los sistemas informáticos del Gobierno venezolano, la policía y la petrolera estatal 

¿Y Cuba? La economía, que nunca despegó, está ahora en completo estancamiento. No producen nada y tienen que importar la mayor parte de los alimentos y bienes de consumo. ¡Incluido el azúcar, su gran materia prima! Venezuela ha recortado el suministro petrolero a la mitad, a 50.000 barriles de crudo al día, una cantidad generosa pero que no cubre las necesidades de energía del país. El turismo bajó en 2018 casi un 5%, y como tienen que importar todo, los ingresos han mermado. 

El régimen castrista depende ahora de las remesas del exilio, que el año pasado representaron el 51% de los ingresos de la población cubana. Los cortes de luz son mayores aún que en Venezuela. Cómo estarán las cosas, que el propio Raúl Castro, jefe del Partido Comunista y mandamás en la sombra, ha instado a sus sufridos súbditos a que se preparen para “la peor variante de la economía”. Es decir, un nuevo “periodo especial”, el eufemismo con el que el castrismo describió el terrible periodo de penurias cuando acabó la ayuda soviética y Cuba perdió de golpe el 35% del PIB. 

Un cambio de régimen en Venezuela supondría ahora una merma del 15% del PIB. De ahí las cínicas palabras del viejo Raúl: “Nunca abandonaremos el deber de actuar en solidaridad con Venezuela”. Es decir, sostener al tambaleante Maduro (que no deja de ser un fusible) frente a una rebelión cívica que encabeza Guaidó. Y mientras Cuba y Venezuela, encadenados uno al otro, se hunden sin remedio, la Rusia neo-imperial de Putin y la China voraz de Xi-Jinping vuelan en círculos sobre los moribundos.


Fuente:https://www.vozpopuli.com/opinion/Cuba-Venezuela-morir-matando-opinion-maite-rico_0_1242475951.html

viernes, 25 de enero de 2019

AMLO SIGUE LA ESTRATEGIA DE CHÁVEZ


López Obrador, cada día más cercano a Chávez. (Fotomontaje: Panam Post)


En apenas un mes y medio de mandato, López Obrador ha demostrado seguir el manual nefasto que Chávez dejó en el continente.


Por Vanesa Vallejo | Ene 21, 2019


Cuando Andrés Manuel López Obrador, conocido popularmente como AMLO, fue electo presidente de México, las dudas eran muchas. La pregunta fundamental era ¿sería un socialdemócrata más o terminaría siendo un Chávez? A poco más de un mes de su posesión, para mí es evidente que no será un socialdemócrata más, es muy peligroso y cada vez se acerca más a ser una especie de Hugo Chávez.


Quienes aún no alcanzan a percibir el oscuro camino en el que se adentra México, insisten en que el político de Morena no ha hecho hasta ahora cambios económicos que indiquen que el socialismo se tomará el país. Es cierto que el mandatario no está estatizando empresas, ni expropiando, ni proponiendo una gran y fatal reforma económica, de la misma manera que no lo hizo Chávez por lo menos en sus primeros cuatro años de mandato.

Precisamente lo más preocupante es que el presidente mexicano parece estar siguiendo al pie de la letra la estrategia usada en Venezuela para instaurar el socialismo sin que la gente se diera cuenta a tiempo. López Obrador incluso empezó, igual que Chávez, vendiendo el avión presidencial para supuestamente dar ejemplo de austeridad.

Como se ha explicado ya en este medio, Chávez, en sus primeros años tenía engañada a la mayor parte de la población, incluyendo a los empresarios, con quienes durante ese primer periodo evitó confrontaciones y llevó una buena relación.

Mientras la mayoría de venezolanos ignoraba que iban directo a la miseria del socialismo, porque igual que hace ahora AMLO no se atacaba la economía, Chávez se dedicó a concentrar el poder suficiente para luego llevar a cabo todo lo que quisiera. En la primera parte de su macabro plan modificó la constitución preparándose para lo que venía, tomó el control de la justicia, cambió el sistema de votación y se tomó el ejército poniendo a sus hombres de confianza en los lugares estratégicos.

Analizando las primeras semanas de gobierno de AMLO

Sin haberse posesionado todavía como presidente, AMLO decidió, sin números y sin mayor explicación, cancelar la construcción del nuevo aeropuerto, el NAIM. El mexicano tomó esta inexplicable medida cuando el proyecto ya estaba avanzado en un 30% y a pesar de que dicha cancelación provocaría la pérdida de más de 8 mil millones de dólares.

Muchos le advirtieron que su decisión no solo causaría las mencionadas pérdidas millonarias, sino que daría un terrible mensaje a los inversionistas. Sin embargo, el presidente no dio su brazo a torcer. Eso sí, aseguró que se pagará a los empresarios todas las multas correspondientes por la cancelación del proyecto; su interés ahora no es pelear con los empresarios.

Luego, a inicios de enero, cuando el mexicano llevaba solo un mes en el cargo, anunció un plan contra el robo de gasolina que consiste en el cierre de varios oleoductos clave que transportan combustible de las refinerías y terminales costeras a las ciudades más grandes de México.

Es decir, su idea para combatir el robo de gasolina fue cortar el suministro de la misma. Lo cual por supuesto terminó en desabastecimiento de combustible. En algunos estados como Guanajuato, la gente hace filas durante horas para intentar llenar el tanque de su vehículo.

En primera instancia es válido creerle al presidente que cerrar los ductos y generar tal caos y costo social fue lo mejor que se le ocurrió para combatir el robo de combustible, en muchas ocasiones los políticos son personas poco inteligentes. Sin embargo, luego el gobierno empieza a actuar de una forma que deja claro que no puede ser simple ineptitud. Algo oscuro hay detrás.

Después de semanas del inicio de su plan contra el robo de combustible, AMLO no había anunciado ninguna acción directa para enfrentar a los ladrones; parece que el plan era solo cerrar los ductos para siempre. Tampoco hablaba de capturados ni de fechas para restablecer el funcionamiento de los oleoductos.

Eso sí, ante el desabastecimiento en estaciones de gasolina, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, del partido de López Obrador, anunció la implementación de un programa de racionamiento, proponiendo cargar combustible solo una vez por semana, de acuerdo con la placa del vehículo. También amenazó a quienes revendan la gasolina con multas y con prisión preventiva. El gobierno mexicano ya habla de racionamiento.

El caos en México es cada vez peor. Este viernes 18 de enero una terrible tragedia ha enlutado al país. En el municipio de Tlahuelilpan, en el Estado de Hidalgo, uno de los más afectados por la escasez, al aumentar la presión en un ducto que fue perforado por ladrones, empezó a correr gasolina a raudales, unas 700 personas llegaron con contenedores al lugar a intentar llevarse el combustible, que no deja de encarecerse y que ha escaseado en los últimos días como consecuencia del plan de AMLO contra el robo.

El Ejército llegó al sitio e intentó dispersar a la multitud, al no lograrlo, se retiraron. Tenían órdenes de no intervenir, según reconoció el Gobierno. Después ocurre una explosión que hasta este momento deja 89 muertos y más de 60 heridos.

Si bien no se puede caer en el comportamiento socialista de echarle la culpa a otros por decisiones que la gente toma libremente, sí es claro que el desabastecimiento provocado por AMLO motivó a mexicanos que no eran “huachicoleros” (como se le conoce popularmente a los ladrones de gasolina) a intentar recoger combustible en una situación muy riesgosa.

Todo está mal en este plan contra el robo de gasolina y ante el caos, el costo social y ahora esta terrible tragedia. Lo más lógico sería que el presidente no insista más y encuentre otra forma de enfrentar a los ladrones de combustible. No obstante, AMLO ha dicho ya que su plan continúa. Pero, ¿realmente lo que busca el mandatario con todo esto es acabar con el robo?

Como decía antes, son muchos los mexicanos que ya sospechan que todo esto tiene una intención oscura detrás. Algunos señalan que se trata de un negocio, que AMLO igual que hizo Chávez quiere tomar el control total de Pemex y repartir el botín entre sus más importantes y fieles colaboradores.

Otros sospechan que esto, al igual que su decisión de cancelar la construcción del nuevo aeropuerto, no es más que una estrategia para demostrar que tiene el poder. Que cuando quiera, y sin dar explicaciones, puede frenar un proyecto multimillonario como el NAIM, y que, en pocos días, puede dejar al país sin gasolina y paralizar a varios estados. La intención sería decirle a los grupos de poder: “no me ataquen porque puedo perjudicarlos muy fácilmente”.

Las dos cosas son posibles y muy peligrosas. No obstante, a fines de la semana la situación empeoró, mientras los mexicanos hacían colas en las gasolineras y se peleaban en redes sociales sobre si su presidente hace las cosas bien o es un loco al estilo Chávez, en la Cámara baja y con el apoyo de 42 diputados del PRI (partido que muchos esperaban asumiera el papel de oposición junto con el PAN), se aprobó la creación de una Guardia Nacional.

El mayor miedo es que en la práctica esta Guardia Nacional se convierta en la policía militar de un régimen, igual que ocurre en Venezuela. AMLO pretende modificar el artículo 21 de la Constitución para permitir a una “Guardia Nacional” participar en la investigación de delitos y, en general, actuar como auxiliar del Ministerio Público. Tal idea estaría en contra del derecho internacional que señala que las Fuerzas Armadas no deben involucrarse en acciones propias de la persecución de delitos y administración de justicia.

AMLO quiere poner a militares a vigilar las ciudades, pretende que sean auxiliares del Ministerio Público, y todo con el mismo nombre que en Venezuela – Guardia Nacional.

López Obrador no va todavía por la economía, está siguiendo la estrategia de Chávez. En estos primeros años irá por el poder, se asegurará de tener un ejército fiel y servil, modificará cuestiones claves de la constitución, comprará a aquellos que los mexicanos creen oposición (parece que ya lo logró con el PRI), ajustará la justicia a sus intereses e intentará convencer a los empresarios de que no es peligroso.

AMLO no es peligroso, es peligrosísimo.


Fuente:https://es.panampost.com/vanessa-araujo/2019/01/21/amlo-sigue-la-estrategia-de-chavez/?fbclid=IwAR39KbjfEsi5x6QW0O2SJOmVrxq-D3JobN54JWRz2L4jE60mcy3LJrTMRB8&cn-reloaded=1

miércoles, 25 de julio de 2018

CONSIDERACIONES SOBRE EL PRÓXIMO GOBIERNO DE LÓPEZ OBRADOR




La realidad de los números


De acuerdo con las cifras finales presentadas por el Instituto Federal Electoral (INE) el candidato de la coalición Juntos haremos historia, obtuvo un total de 30 millones 113 mil 483 votos que equivalen al 53.19 %. Con el 100 % de las actas computadas se concluyó que la participación ciudadana fue del 63.42 %, lo cual equivale a 56 millones 611 mil 027 votos. De los cuales 56 millones 512 mil 557 se emitieron en México y 98 mil 470 provenían del extranjero. El total de actas computadas fue de 156 mil 840. 

La lista nominal del Padrón electoral es de 89, 123,355, es decir que no votaron el 36.60 % de los mexicanos, por lo que su votación se reduce a 33.71 % del universo total de votantes; es decir 66.29 % no votaron por él, la mayoría de los habitantes del país.

La salud de AMLO 


Otro aspecto a considerar es la salud del hoy Presidente virtual electo, de 64 años. Dejando a un lado las mamilas del lenguaje “políticamente correcto”, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) está en la prevejez y a punto de entrar en la vejez (65 años), por eso no es de extrañar que durante la campaña haya sido fotografiado durmiendo en el auto, en el camión o en el avión, en donde se transportaba. Necesita recuperar fuerzas mediante una siesta diurna.


“Si llego con vida y la gente lo pide, yo voy de nuevo al 18, vamos otra vez porque tenemos que lograr la transformación de México”, aseguró Andrés Manuel López Obrador al dictar una conferencia en la State University Northridge de California, Estados Unidos, en marzo de 2014.[1] Y es que sufrió dos infartos al miocardio en la madrugada del 3 de diciembre de 2013. Atendido oportunamente en la exclusiva Clínica Médica Sur salió bien librado; el cardiólogo que lo atendió comentó irónicamente “que si todos los mexicanos recibieran esta atención médica muchos salvarían la vida”. En febrero de 2015 sufrió otro evento cardíaco que fue mantenido en el sigilo, no obstante sus actividades políticas fueron reducidas por prescripción médica.
Esto hace dudar que pueda como en su período de Jefe de Gobierno de la CDMX, realizar sus conferencias matutinas diarias a las 6 o 7 de la mañana. Ahora está en un período de alta motivación y poco estrés, ya que aún no lleva las riendas del país, pero cuando lo haga y empiecen los problemas y las críticas de una prensa que esperemos no esté domesticada, la cosa cambiará. 



De la fantasía a la realidad



Hay dudas, muchas dudas, de cómo va a lograr su propósitos; una de ellas es de cómo va a mantener a su gente funcionando sin corrupción, máxime que la senadora Layda Sansores, acaba de ser exhibida por un exceso de gastos personales de 700,000 pesos y la esperan las arcas de la Alcaldía de Álvaro Obregón. No ha mencionado a la Auditoría Superior de la Federación, ni a las contralorías internas y menos a nuevas disposiciones para detener el mal uso de los recursos del erario en beneficio propio. Pareciera que con su ejemplo de probidad bastará.

Por otra parte surgen señales de nepotismo por parte de AMLO y su familia, al igual que ocurre en el manejo de MORENA (Movimiento de Regeneración Nacional), en donde sus 3 hijos mayores manejan el subsidio gubernamental al partido. Martha Bárcena designada por AMLO como embajadora ante Estados Unidos, es tía de Beatriz Gutiérrez Mueller, esposa de AMLO. 


¿Austeridad en verdad? 


La primera señal que mandó al solicitar la entrega de 150 millones de pesos para el periodo de transición, no fue de moderación, ya que hace seis años el presidente Peña Nieto únicamente solicitó 33 millones de pesos.

El día 13 de julio publicó su plan “50 de austeridad” que da conocer los 50 puntos que instruyó cumplir a los próximos funcionarios de su gobierno. [2]

Hoy ha dicho que su salario será de $ 108,000 pesos y que ningún funcionario ganará más de esto. Es difícil que pensar que entrará en conflicto con los “virreyes” del Poder Judicial o los "consentidos" del Instituto Nacional Electoral (INE), además del descontento que esto ya está generando entre los altos mandos de las distintas dependencias


De la sustitución de importaciones al libre comercio 



Quienes entendemos algo de Economía y nos gusta la Historia, sabemos que son dos modelos económicos muy distintos.

El modelo de “sustitución de importaciones” fue el que se aplicó durante el “desarrollo estabilizador” de la devaluación de 1954 y hasta 1970. El crecimiento promedio fue de 6.8%, la producción industrial creció 8% y la inflación solamente fue 2.5 por ciento y permitió un salario mínimo remunerador. En realidad, fue un periodo de oro del capitalismo, las economías desarrolladas crecieron 4% anual, pero en esa ocasión México sí pudo participar de la bonanza gracias a las políticas económicas internas de esa época. [3]



Actualmente México vive un modelo de apertura económica que dio origen al TLCAN (1994-2018), importa gran cantidad de productos y exporta otra gran cantidad de otros productos. No es tan benéfico a México, porque el grado de integración norteamericano de los productos a exportar es muy elevado; así como que descansa en un salario mínimo muy bajo, lo que ha sido incluso objetado por EE.UU. para la renegociación del mismo. [4]

A raíz de la visita del 13 de Julio, donde una delegación del gobierno de Estados Unidos encabezada por el Secretario de Estado, Michael Pompeo, se reunió por separado, con el presidente Enrique Peña Nieto y con el virtual presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, trascendió que AMLO, es partidario de un tratado bilateral con Estado Unidos; que es lo que pelea Trump; es decir, que salvo que el Senado o la Cámara de Representantes, se pronuncien en contra, se cancelará el TLCAN, que será sustituido por un tratado bilateral con Estado Unidos, dejando colgada de la brocha a Canadá. Lo que podemos esperar de este convenio es que será totalmente a modo de Trump y en perjuicio de México. 

Por lo pronto México sigue en la inercia de la renegociación del TLCAN, en la pertenencia al nuevo Tratado de Asociación Transpacífico (TTP) y en un acercamiento con países de la Unión Europea.



El mito de que Estados Unidos no permitirá un gobierno de izquierda en México



Mientras un gobierno mexicano de izquierda cumpla con los intereses económicos y de control de inmigración, tendrá el beneplácito del Imperio. La muestra de que Estados Unidos no es garante de los derechos humanos es su parálisis frente al genocidio en Nicaragua o la hambruna de Venezuela.


El bulo de la participación de el Papa en los foros de la paz de López Obrador 


El domingo 15 el Periódico La Jornada publicó en primera plana la siguiente noticia: <<El papa Francisco aceptó participar –de manera virtual– en los foros de reconciliación y pacificación propuestos por el virtual presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, que se efectuarán del 7 de agosto al 24 de octubre>>, afirmó en entrevista, la Dra.Loretta Ortiz, responsable de la preparación de los foros de consulta para trazar la ruta hacia el pacto de reconciliación nacional.


El lunes 16 en entrevista mañanera con Ciro Gómez Leyva la misma Loretta Ortiz, titubeante, cambió la versión para decir que el Papa le dijo a un miembro de MORENA -Carlos Cruz- en “entrevista personal”, que enviaría a dos representantes (la entrevista personal, no fue otra que la “Audiencia General”, en donde cualquier asistente pude acercarse al Papa y saludarle). 

El Vaticano se apresuró a desmentir el bulo: "La noticia de que el Santo Padre participará en esta conferencia no tiene fundamento", dijo a EFE el portavoz del Vaticano, Greg Burke.

Como <<Tomadura de pelo de un equipo bisoño e ignorante>> definió al asunto Joaquín López Dóriga.

La realidad del asunto es que no había existido una petición formal, ni entrevista personal; por lo que el equipo de Andrés Manuel López Obrador, ante los comentarios y sugerencias, se movilizó a presentar el martes por la tarde un escrito firmado por el mismo, ante la Nunciatura Apostólica en la Ciudad de México. 


La “otra agenda” 



Del día 15 al 17 de julio se celebró el XXIV Encuentro del Foro de São Paulo en La Habana, Cuba, contó con la presencia de importantes liderazgos de nuestra región, como los presidentes Miguel Díaz-Canel, Nicolás Maduro, Evo Morales, Salvador Sánchez Cerén y Manuel Zelaya. Por México asistieron asistieron tres destacados representantes de Morena: la dirigente nacional, Yeidckol Polevnsky; el presidente de la Comisión de Honestidad y Justicia, Héctor Díaz Polanco, y el diputado federal electo, Gerardo Fernández Noroña , quien, además, tomó la palabra en el podio. [5]

Fernández Noroña, yéndose un poco más de lo aconsejable comentó que los votantes “nos han dado casi dos tercios de la Cámara de Senadores y de la Cámara de Diputados (…) podemos hacer todas las reformas constitucionales que nosotros decidamos”. 

Además, asomó la posibilidad de que el partido usaría la expropiación como método para “recuperar puertos, aeropuertos, carreteras, playas, ferrocarriles, agua, petróleo, telecomunicaciones” al “echar para atrás las reformas neoliberales”. Advirtió que la “luna de miel” postelectoral “rapidito se va a acabar y vamos a requerir de su solidaridad”. 

He aquí el video de su participación en dicho Foro:


Los primeros acuerdos legislativos de MORENA


Las elecciones de 2018, fueron un regreso a los tiempos gloriosos del PRI, a lo que se conocía como “carro completo”, ya que MORENA es la primera fuerza en las dos cámaras del Congreso, fuerza mayoritaria en una veintena de congresos estatales y gobierna en más de 300 municipios, amén de la capital. 

En el Senado contará con 69 escaños; 23 de mayoría relativa y seis de primera minoría, de 32 electos; y 20 de representación proporcional. 

En San Lázaro tendrá 310 diputados federales, 218 de mayoría relativa, de 300 electos, y 91 de representación proporcional. 

El día 11 de julio, el virtual presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, se reunió con los futuros legisladores de Morena para darles a conocer cuáles son las 12 iniciativas que buscará impulsar desde el Ejecutivo para su discusión en el Congreso, tanto senadores como diputados electos han establecido los primeros acuerdos. [6]


Colofón:  La reforma legal envenenada: la sustitución de la Republica Representativa por el modelo de la consulta y del referéndum, igual que en Venezuela.


Entre las reforma mencionadas, sobresale la N° 10 (aparentemente inofensiva y poco importante) <<Establecer en la ley el mecanismo de consulta para la revocación del mandato y quitar trabas para la aplicación de todos los procedimientos de consulta ciudadana, con carácter vinculatorio (obligatorio)>> 



Para popularizar esta práctica se iniciará con la consulta sobre la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM), obra iniciada por el gobierno actual en 2017. Yo entiendo que la consulta se hiciera por un cuerpo colegiado de ambientalistas, ingenieros, especialistas en aeronáutica, economistas, financieros; en donde podrían participar los constructores y administradores de recientes aeropuertos internacionales. Esto sería algo razonable, pero poner a opinar al pueblo ignorante en la materia (y me cuento entre ellos), que además no le gusta leer, que le da flojera informarse y que es fácilmente manipulable por los medios de información; simplemente es una locura. Pero así se hará.

El siguiente video nos lleva a conocer el proyecto de sustituir mecanismos constitucionales por “la consulta ciudadana” o "los plebicitos":


No obstante las instituciones democráticas son vigorosas en el presente y si los mexicanos las defendemos y actuamos, no seguiremos el ejemplo de Venezuela.


Jorge Pérez Uribe

Notas:
[1] Periódico La Jornada, Domingo 30 de marzo de 2014, p. 9 
[2]https://www.eleconomista.com.mx/politica/Plan-50-de-austeridad-de-AMLO-prohibe-escoltas-asesores-y-viajes-al-extranjero--20180713-0033.html 
[3] www.eleconomista.com.mx/opinion/El-desarrollo-estabilizador-20180405-0138.html 
[4] https://www.forbes.com.mx/la-verdadera-historia-del-tlcan/ 
[5] Vide: https://youtu.be/Se03YNxcXiw 
[6]https://www.huffingtonpost.com.mx/2018/07/11/las-14-prioridades-legislativas-de-amlo_a_23479979/

viernes, 27 de abril de 2018

UN AÑO DE LAS PROTESTAS QUE CAMBIARON LA HISTORIA DE VENEZUELA: LOS CAÍDOS NO FUERON EN VANO


María Teresa Romero: “Fue en el 2017 cuando la comunidad internacional realmente se dio cuenta de lo que estaba pasando en Venezuela” (PanAm Post)

Sanciones internacionales, investigaciones preliminares ante la Corte Penal Internacional, y el reconocimiento de que en Venezuela hay dictadura; fueron los logros de los caídos. 

Sabrina Martín | Abril 20, 2018


Venezuela cumple un año luego de las masivas protestas que cambiaron la historia del país; manifestaciones contra Nicolás Maduro que dejaron en evidencia ante el mundo el talante dictatorial del régimen y miles de violaciones a derechos humanos que hoy se investigan de manera preliminar en la Corte Penal Internacional. 



En abril de 2017, comenzaron en Venezuela cuatro meses de protestas que dejaron más de 100 muertos y miles de heridos. Ahora, un año después, Nicolás Maduro es calificado como un dictador por parte los países líderes de la región; y además, él y sus principales funcionarios cómplices fueron sancionados por más de 60 países. 



“Fue en el 2017 cuando la comunidad internacional realmente se dio cuenta de lo que estaba pasando en Venezuela. Esas protestas se convirtieron en un punto de quiebre; de allí para acá Venezuela y el mundo se dieron cuenta de que sí es una dictadura y que “el lobo” había llegado como tantas veces los expertos advirtieron”; señaló a PanAm Post María Teresa Romero, periodista y doctora en ciencias políticas. 



Todo inició cuando el régimen de Nicolás Maduro decidió implementar un autogolpe de Estado con el respaldo del Tribunal Supremo de Justicia. La oposición venezolana, encabezada por los diputados más jóvenes, salió a la calle “sin retorno”; y a partir de allí, PanAm Post se unió a la lucha para dar cobertura “minuto a minuto” de las protestas que marcarían la historia del país suramericano. 



Las multitudinarias manifestaciones dejaron en evidencia que la esperanza de los venezolanos es mucho mayor a cualquier derrota, el instinto de supervivencia y las ansias de superación mantuvieron a millones de personas dispuestas a luchar por la democracia en ese país. 



Nació “La Resistencia” 




Pero lo más inspirador que dejaron las manifestaciones hace un año, fue el surgimiento de un “ejército” de hombres y mujeres valientes que decidieron encabezar las protestas dispuestos a todo; ellos sabían que allí por defender sus ideales podían perder sus vidas. Ese “ejército” de escuderos inexpertos se hizo llamar La Resistencia. 



Cascos, escudos improvisados, una camisa que les tapa el rostro, bombas molotov y fuegos artificiales, fueron sus principales armas para defenderse ante la brutal represión del régimen de Nicolás Maduro. 



Muchos de ellos menores de edad con la esperanza de crecer dignamente en Venezuela, otros muchos rondaron los 20 y 25 años. El número de miembros de este “ejército” pudo llegar a superar cómodamente los 700 en cada marcha opositora. Ahí en la lucha por el país se lograron congregar todas las clases sociales con un mismo fin: recuperar Venezuela. 



“La Resistencia” se ubicaba adelante de cada protesta multitudinaria; allí era donde recibían las bombas lacrimógenas y las devolvían, con frascos de pintura intentaban bloquear la visión de las tanquetas de guerra y con bombas molotov y fuegos artificiales buscaban neutralizar la represión. 



Policías y Guardias Nacionales evidenciaron ser delincuentes 




Para el régimen de Nicolás Maduro no bastó que los funcionarios policiales salieran a las calles solo para reprimir manifestaciones pacíficas; la orden también fue robar y malograr no solo a los periodistas sino a cualquier ciudadano. 



No se conformó solo con dispersar las protestas a punta de bombas lacrimógenas, perdigones, canicas, balas y otros objetos; los esfuerzos de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y la Policía Nacional Bolivariana (PNB) se centraron en ser los protagonistas de atracos y constantes violaciones a derechos humanos. 



Las fuerzas de Seguridad del Estado aprovecharon las protestas para convertirse en delincuentes y rateros. Robaban zapatos, billeteras, motocicletas; dejaron en evidencia que los cuerpos policiales en su mayoría están formados por antisociales y hasta criminales. 



Robar a la prensa, malograr a los periodistas, golpearlos y dañarles sus equipos de transmisión también fueron otros de los objetivos por parte de los cuerpos de “Seguridad”. 



La delincuencia fue tal, que por primera el ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López admitió la existencia de los actos delictivos: “No quiero ver a un GNB cometiendo una atrocidad en la calle”; sentenció. 



https://es.panampost.com/sabrina-martin/2018/04/20/protestas-cambiaron-historia-venezuela-caidos-no-fueron-en-vano/