viernes, 3 de octubre de 2014

LA DIÁSPORA DE LOS CRISTIANOS DESPLAZADOS DE IRAK




El testimonio de un profesor de idiomas asirio-caldeo


Narra un testigo de los hechos que se identifica como T.S., porque aún tiene familiares en Irak. Él llegó en peregrinación con miles de iraquíes cristianos y vivió en Erbil, capital de Kurdistán iraquí: <<”La situación en Erbil es insostenible y amenaza con empeorar si no se hace nada antes del invierno –insiste T.S.-. La gente se amontona en iglesias, escuelas, centros deportivos, cuartos de hotel y departamentos minúsculos, casas de amigos o parientes, tiendas de campaña. Muchos viven en los parques e incluso en la calle. Lo perdieron todo”, dice y corrige: “Lo perdimos todo, salvo la vida” […]

A T.S. le costó trabajo decidirse a hablar con la reportera. Aún le es demasiado doloroso recordar lo que vivió en las últimas semanas. Se le va la voz cuando intenta dar detalles.

Nació en 1951 en Akra, en el norte de Irak, cerca del Kurdistán. Pero hasta 2005 vivió en Mosul, donde daba clases de francés y arameo.

“En tiempos de Sadam Husein los cristianos gozaban de una libertad limitada paro no padecían discriminación religiosa ni racial”, dice antes de recordar que su comunidad no es árabe sino asiria y desciende de los sumerios, acadios, caldeos, babilonios y asirios.

“En la antigüedad todos se enfrentaron en múltiples guerras y finalmente acabaron formando un solo pueblo. Llevamos 4 mil años viviendo en la llanura de Nínive”, proclama orgulloso.

Explica que la situación de los cristianos de Irak se volvió particularmente dura a partir de la intervención estadounidense en 2003. No sólo padecieron los estragos de la guerra, como los demás irakíes, sino que fueron perseguidos por yihadistas que surgieron en medio del caos general y lanzaron una cacería de brujas en su contra.

“Para los yihadistas Occidente es sinónimo de cristianismo. Fue por eso que nos persiguieron. Nos acusan de ser cómplices de Estados Unidos y nos veían como su quinta columna.”

Agrega: “Paralelamente aparecieron bandas criminales que secuestraron a nuestra gente. La comunidad cristiana contaba con muchos profesionistas que tenían cierto poder económico y contactos estrechos con la diáspora. Eso atraía a los delincuentes que nos consideraban `muy rentables´ y exigían altísimos rescates. Tanto en Bagdad como en Mosul corríamos cada vez más peligro”.

En 2002 T.S. y su familia se mudaron a Qaraqosh, principal ciudad cristiana del norte iraquí. Él siguió enseñando francés y arameo en escuelas de la ciudad de Duhok. La familia tuvo un poco de tranquilidad.

“Pero sabíamos que ese respiro no iba a durar. Cuando Mosul cayó en manos de Daesh (Estado Islámico, en árabe) a mediados del pasado junio, entendimos que todo iba a degenerar otra vez. Los yihadistas dijeron que los cristianos por tenían por qué preocuparse.

“Pero en la noche del 17 al 18 de junio todo cambió. Recorrieron las calles de Mosul en sus vehículos. Aullaban por sus altoparlantes que los cristianos y los yazidistas (pertenecientes a una religión preislámica) tenían tres opciones: convertirse, pagar la djizhia (un impuesto exorbitante) o salir de la ciudad. Casi todos salieron. Mosul tenía 60 mil cristianos, hoy sólo quedan ancianos y minusválidos que tuvieron que convertirse para salvarse.”


Recuerda columnas de hombres, mujeres y niños exhaustos, aterrados, llegando a Qaraqosh sólo con lo puesto: “Los yihadistas instalaron puestos de control a la salida de Mosul y en cada uno despojaban a los cristianos de su pertenencias: autos, dinero, joyas, pasaportes, comida. No había manera de escapar. Los refugiados nos hablaron de mujeres y muchachas arrancadas a sus familias. Sigo en contacto telefónico con amigos árabes que viven en Mosul. Me dicen que venden a mujeres cristianas y los yazidistas como esclavas” […]

A finales de julio T.S. entendió que Qaraqosh también iba a caer bajo el yugo del Estado Islámico (EI): “Vimos que los peshmergas (combatientes kurdos) empezaban a replegarse. No quisimos esperar la llegada de los yihadistas. Recogimos nuestros documentos, dinero, llenamos tres maletas con ropa y dejamos nuestra casa. Cuando cerré la puerta principal con llave supe que nunca volvería a abrirla” […]

Nos subimos todos al coche y arrancamos para Erbil. Éramos decenas de miles huyendo por la carretera. Había muchos vehículos, pero la mayoría de la gente caminaba. Era difícil abrirse paso entre la multitud. Muy pronto el calor se hizo insoportable. La temperatura rebasaba los 40 grados. Se veía a personas que se desplomaban y niños deshidratados que ya no podían caminar. .. Era como una alucinación… Desgarrador. Pensé en el infierno”>>[1]



El testimonio un coordinador de apoyo a cristianos de Irak



Antoni Yalap, oriundo de Turquía, coordinador del Comité de apoyo a los Cristianos de Irak, comenta desde Francia: <<¿Por qué se tuvo que esperar a ver las imágenes terribles de miles de cristianos y yazidistas huyendo de la muerte para enfrentar el problema? Nosotros, los integrantes de las asociaciones asirio-caldeas de la diáspora llevamos años tratando de alertar a la comunidad internacional sobre la situación de los cristianos de Oriente y anunciando la tragedia actual. Nadie nos hizo caso. Antes de 2003, vivían en Irak 1 millón 500 mil cristianos. Es difícil saber cuántos quedan hoy. Quizás unos 400mil. Probablemente menos”.

Y precisa: “El vicario patriarcal de Estambul nos avisó hace unos días de la llegada reciente de alrededor de 30 mil refugiados más a Turquía. Los responsables de la Oficina del Alto comisionado de las Naciones Unidas para los refugiados (ACNUR) en ese país están rebasados por la situación. Su lista de espera está saturada hasta 2020 […]

Preocupada por el rigor del invierno kurdo, La Iglesia caldea a apresta a construir edificios alrededor de Erbil y de otras ciudades kurdas para albergar de emergencia a los desamparados. La diáspora asirio-caldea –más de 625 mil personas en todo el mundo; de ellos 400 mil en estados unidos-, está juntando fondos pero Yalap considera que la comunidad internacional deberá también ayudar a financiar la construcción de estas viviendas que no serán tan temporales como se piensa.>>[2]



El testimonio del arzobispo católico caldeo de Mosul


Desde Alqosh, el pueblo del Kurdistán en el cual fue párroco, la voz de Monseñor Amel Shamoun Nona, de 46 años, arzobispo católico caldeo de Mosul, comentó a fines de agosto: <<“Sí, hubo gestos de solidaridad de parte de musulmanes hacia los cristianos perseguidos. También en Mosul: cuando nos expulsaron, algunos acompañaron fuera de la ciudad a las familias cristianas a las que les habían arrebatado todo. Pero tenemos una gran amargura en el corazón, porque fueron más numerosos los casos en los cuales nuestros propios vecinos, las personas con las cuales convivíamos y a menudo compartíamos el pan, los primeros en saquear nuestras casas y llevarse nuestras cosas”.

“En estos días”, cuenta Monseñor Nona, “mi primer empeño es visitar todos los pueblos del Kurdistán donde se han refugiado los cristianos para hacerles saber que no están solos, que no deben perder las esperanzas. Trato de conocer sus necesidades, y naturalmente, distribuir las ayudas que llegan del Vaticano y de otras organizaciones internacionales”.


¿Cuáles son las necesidades más urgentes de estas personas?

“Es imposible hacer una clasificación de las necesidades. Son miles y miles de hombres, mujeres y niños a los cuales les han quitado todo, incluso hasta las alianzas matrimoniales o las medicinas indispensables para la salud que intentaron llevarse consigo. Lo que venga a la mente, a ellos les falta: del agua para beber y lavarse a la comida, a mantas para dormir, todo”.



¿Hay solidaridad entre las diversas iglesias del país?


“Por suerte sí, muchísima. Esta es una zona de presencia caldea y todas las diócesis se han movilizado para dar refugio y asistencia a los prófugos, cristianos o no. Es un esfuerzo colectivo admirable, que continúa sin parar desde cuando ha comenzado la emergencia”.

Por lo que están haciendo los milicianos del ISIS, Ud. no ha dudado de hablar de “crímenes contra la humanidad” y de “limpieza étnica-religiosa”…

“Ciertamente. Es increíble que en 2014 puedan suceder todavía ciertas cosas, mientras el mundo se limita a observar. ¿Sabe que es lo peor? Visitar las familias de los prófugos y sentirse interrogar sobre todo por ancianos y niños: ¿Pero qué es lo que pasa? ¿Por qué nos hacen esto? ¿Qué mal hemos hecho? Los jóvenes porque no logran encontrar una perspectiva para el futuro. Los ancianos porque desde el año 2003 se enfrentan con una vida de peligro y persecución de la cual no pueden huir. La esperanza resiste porque no están solos, porque hay personas que se ocupan de ellos, que les hacen sentir que todavía hay alguno que los quiere”.

Ud. conoce la carta del Papa Francisco a Ban Ki-moon, secretario general de la ONU. ¿Piensa que una intervención de la ONU sería útil en esta situación?

“Ciertamente que sí. Es más, es importante que esta intervención suceda y pronto. La carta del Papa nos da energía y esperanza, obviamente, pero quisiéramos que todos los cristianos del mundo mostrasen solidaridad con sus hermanos iraquíes, sin parecer “tímidos” delante de esta tragedia. Es lo que ha pedido también el Patriarca”.

¿Qué decir de lo que sucede en Bagdad? El ex premier Al Maliki parece haberse hecho a un lado, a favor del nuevo premier Haider Al Abadi.

“La situación en Bagdad es complicada pero no irreparable. Lo importante, si en serio queremos salvar el país y darle un futuro, es que todos colaboren con el nuevo premier, olvidando los intereses propios”.

En Kurdistán, donde hasta ahora los peshmerga han resistido al avance del ISIS, ¿hay preocupación?

“La ha habido hasta hace pocos días. La pregunta que todos se hacían, a veces en el secreto del corazón, era: ¿podremos resistir? La confianza ha comenzado a crecer cuando han llegado los primeros bombarderos americanos”.

¿Qué noticias tiene de Mosul, su arquidiócesis? ¿Ningún cristiano ha permanecido? ¿Qué sucede en la ciudad?

“Mosul ha sido “limpiada” de cristianos, han escapado todos. Las noticias que llegan dicen que la ciudad está por colapsar, las actividades están casi todas bloqueadas. Las propiedades de los cristianos han sido tomadas, los lugares de culto y las estructuras de la Iglesia Católica abatidas o destinadas a otro uso. Como mi arzobispado…”

¿Qué han hecho con él?

“Se ha convertido en el cuartel general de las milicias del ISIS”.>>[3]


Jorge Pérez Uribe


[1] Anne Marie Mergier, La tragedia de los no musulmanes, Semanario Proceso N° 1977, 21 de septiembre de 2014, México
[2] Anne Marie Mergier, obra cit.
[3] http://amigosdeirak.verboencarnado.net/2014/08/28/asi-traicionaron-los-cristianos-en-mosul/



Si tu generosidad te dicta ayudar a estos cristianos y yazidíes que han perdido todo y que no tienen manera de ganarse la vida, te proporciono algunos links: